LOS FALSOS IZQUIERDISTAS DEL VECINDARIO

Se dicen que son de “izquierdas”, discursan contra el imperialismo, pronuncian “revolución” a diestra y siniestra, denuncian los crímenes del capitalismo, pero en sus hechos y decisiones están bien amarrados a los capitales imperialistas (inversión extranjera), se sostienen con políticas dictadas por los organismos internacionales, cuidan a los grandes terratenientes y hasta tienen simpatías con ex dictadores militares. Todos ellos se parecen, al final son nacionalistas que quieren beneficiar los ricos y terratenientes locales, al mismo tiempo que arrojan migajas al pueblo.
Ollanta Humala, o el Capitán Carlos

Cuando era militar Ollanta era conocido como el Capitán Carlos y cometió crímenes de lesa humanidad, exactamente en una masacre en la localidad de Madre Mía, departamento de Huanuco. En el proceso judicial archivado un ex sargento le acusa de disparar por la espalda a seis detenidos, acusados de ser guerrilleros comunistas. El proceso fue viciado por el pago a testigos a través de un ex oficial, implicado por narcotráfico con el corrupto Vladimiro Montesinos, que ahora trabaja para Humala. El Presidente electo del Perú es un nacionalista que no va a cambiar el modelo neoliberal, tampoco la “estabilidad macroeconómica”, y hasta está considerando la amnistía para el corrupto dictadorzuelo Alberto Fujimori.

Hugo Chavez, el súper caudillo

Promovió el socialismo del siglo XXI, pero no llevó a Venezuela ni siquiera a un Estado de bienestar. La corrupción, la burocracia y la ineficiencia son la marca de su gobierno. En un país con tanto petróleo, sus poblaciones más empobrecidas carecen de electricidad y hasta las grandes ciudades sufren apagones. En su estilo caciquista y de súper-caudillo, ha llegado a sugerir al pueblo que no se bañe para paliar la escasez de agua y electricidad. Los grandes terratenientes oligarcas no han sido tocados ni fiscalizados. Continúa con la economía de mercado, y sus principales clientes para el petróleo (“el cliente siempre tiene la razón”) son los estadounidenses.


Rafael Correa, beneficiando a la gran burguesía

Precursor en vender sus bosques a la cooperación extranjera (Yasuní ITT, Programa Socio-bosque), con lo que a su vez hace un grandísimo favor a los terratenientes que se benefician cobrando miles de dólares por sus grandes propiedades. Con Correa se ha enriquecido un sector de la gran burguesía de ese país, entre esos burgueses su hermano Fabricio que se ha beneficiado con 700 millones de dólares, de lo que se sabe, por sus contratos y subcontratos con el gobierno de su hermanito Rafael. Las ganancias de Correa tampoco son pequeñas pues ha comenzado a comprarse casas de más de 300 mil dólares en Europa.


Dilma Rousseff, una pieza del imperialismo

La discípula de Lula da Silva continúa la política de hacer de Brasil el gendarme del imperialismo en América del Sur. Dentro de su país continúan las persecuciones contra campesinos pobres, el asesinato por parte de los terratenientes a campesinos pobres, el beneficio a las explotaciones agroindustriales y terratenientes, y el enriquecimiento inusitado de sectores afines al Partido de los Trabajadores. La corrupción y los negociados son también una marca de este gobierno, que no duda en atacar y desalojar las favelas (donde viven miles de obreros) con el pretexto de luchar contra el narcotráfico (muy aliado de la policía corrupta).

José Mujica, perdonando criminales y golpistas

A poco de asumir su gobierno en Uruguay, el ex guerrillero tupamaro José Mujica puso entusiasmo para sacar de la cárcel a militares-violadores de derechos humanos (1973-1985), proceso que aún está en marcha. Su otra prioridad es cuidar la inversión extranjera, es decir los capitales imperialistas, solo verificando que cumplan con pagar sus impuestos y paguen salarios a sus trabajadores. Mujica sabe bien cómo funciona el capitalismo, y le va a dar alas para que siga prosperando en su país, a costa del pueblo.


Daniel Ortega, el peor de todos

Ortega estuvo en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en los años 70, sin embargo ahora como presidente de Nicaragua ha aumentado las tarifas del agua y la electricidad, ha reafirmado el tratado de libre comercio con Estados Unidos y ha buscado similares tratos con la Unión Europea, cuando se sabe que cualquier acuerdo con el imperialismo implica un saqueo atroz a los recursos naturales de cada país. Este año ha comenzado a buscar inversiones imperialistas para que sigan beneficiándose a costa de esa población por demás golpeada por las políticas neoliberales.

CHINA, LA SUPEREXPLOTACIÓN Y ESCLAVISMO SOSTIENEN LOS GRANDES CAPITALES



Se dice que China es comunista, se dice que China es un “milagro económico”, se dice que debemos imitar a China. Pero el mundo debe saber que China no es comunista ni socialista, sino un país donde existe superexplotación de obreros, esclavismo y alta opresión de capitales imperialistas.

La China socialista que empezó a construir el presidente Mao iba hacia una sociedad sin clases ni explotación, hasta que en 1976 un golpe de estado cambió el rumbo de país. A partir de ese momento los capitalistas montados en el Partido Comunista se abrieron al capital imperialista y comenzaron la explotación en sus propias empresas estatales.

Ahora, mientras millones de obreros trabajan incluso en condiciones de esclavitud, un puñado de ricos capitalistas consume artículos de lujo inimaginables, como relojes de 50 mil dólares y carteras de 10 mil dólares, sin contar los vehículos, barcos, aviones y obras de arte carísimas.  

No solo hay millonarios sino multimillonarios, pues las fortunas de algunos capitalistas chinos está por los 7.000 millones de dólares. Cuando murió el presidente Mao Tse tung en 1976, el revisionista Deng Xiaoping lanzó la consigna de “hacerse rico es glorioso”. Con esa política se barrió con los principios del comunismo, se paralizó la construcción del socialismo y se tomó el camino capitalista.

Las fortunas de algunos funcionarios y comerciantes crecieron aceleradamente. La última lista Forbes muestra que existen 115 billonarios chinos (en una población de 1.300 millones de personas). En 2005, se supo que un miembro del Partido Comunista y empresario, el señor Wang, decidió construir una réplica de un castillo francés estilo barroco, para eso hizo traer cada pedazo de piedra desde Francia, costo total: 90 millones de dólares.

¿Cuál es la situación del pueblo? Cientos de miles de personas tienen que migrar internamente en busca de trabajo, miles van del campo a las ciudades porque han perdido sus tierras frente a las inmobiliarias o porque necesitan enviar dinero a sus padres.

Obreros suicidas

Y otra vez los capitales imperialistas se frotan las manos. La superexplotación ha causado 13 suicidios de obreros el año pasado en la fábrica Foxconn, donde 400 mil proletarios producen computadoras, celulares, iPhone y última tecnología para Apple.

Millones de obreros y obreras trabajan en fábricas de juguetes por 15 horas diarias, siete días a la semana, sin ningún derecho a nada. Si se quedan dormidos, son multados con dos o más días de paga; son multados por más de cinco minutos en el baño; son multados por no cumplir cuotas de producción.

Miles de niños separados de sus padres con engaños y hasta secuestrados para llevarlos a fábricas, donde trabajan hasta 16 horas. El escándalo de una ladrillera, en 2007, que esclavizaba personas haciéndolas trabajar hasta 20 horas diarias, cargando ladrillos calientes en la espalda pelada, tuvo un rato entretenidos a la prensa internacional, pero la situación de fondo no cambia.

La rebelión se justifica

La crisis y la superexplotación presionan tan fuerte al pueblo chino, que más temprano que tarde va a buscar su liberación.


En mayo de este año hubo tres explosiones de coches bomba simultáneas contra edificios del gobierno, que expresan el descontento de la población. Las autoridades pensaron rápidamente en campesinos como los autores del atentado. Al mismo tiempo cientos de personas expresaron su apoyo, vía Internet, a estos actos contra el gobierno de burócratas que se dicen “comunistas”, pero que de comunistas no tienen nada. 

El “Partido Comunista” (PCCH) cumplió recientemente 90 años de su fundación. Los burócratas del Partido, revisionistas y seguidores del camino capitalista, prepararon una celebración grandísima para demostrar al mundo el éxito económico de su país.