MARCHA INDÍGENA PONE EN EVIDENCIA AL M.A.S. Y UNE AL PUEBLO

Como todas las manifestaciones populares en los últimos años, la marcha indígena tiene el mérito de desnudar al gobierno del “proceso de cambio” como demagogo, antipopular, comprometido con los intereses transnacionales y al servicio del gran capital.
El gobierno de Evo Morales ha intentado por todos los medios desprestigiar la marcha de los indígenas del TIPNIS que están luchando contra la construcción de una gran carretera enmarcada dentro del proyecto IIRSA. Acusaciones de todo tipo, insultos a los dirigentes y falsos intentos de diálogo han sido acompañados por el azuzamiento a los campesinos colonizadores para enfrentarse a sus hermanos del campo. Además de esta política propia del MAS, el gobierno envió un contingente policial para frenar la marcha indígena.
La estrategia del gobierno no es nueva. Por un lado el deslegitimar a los sectores populares acusándolos de ser de la derecha, de estar ligados a políticos opositores, a la Embajada estadounidense e incluso a Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta tarea la encabeza el propio Evo Morales, como lo ha hecho en todas las protestas que los sectores populares han realizado. El operador más aplicado de esta visión macartista del gobierno es el fascistoide ministro Sacha Llorenti, quien, en vez de investigar a los narcotraficantes que hay en su despacho, emplea su tiempo en “buscar pruebas” para dar sustento a sus paranoicas hipótesis.
Otro elemento del modus operandi gubernamental es enfrentar a los sectores populares, un ejemplo claro fue Huanuni. En este caso del TIPNIS la prensa descubrió in fraganti al Ministro de Trabajo azuzando por celular a los colonizadores para que emprendieran acciones contra la marcha indígena. De esta forma los dirigentes de los Colonizadores instalaron en la localidad de Yucumo un bloqueo, cavando zanjas en la carretera. Sobre este hecho el gobierno a través de sus ministros, el Canciller y el propio Evo Morales han dicho que se trata de una vigilia, que el bloqueo es un invento de la prensa, reforzando así la posición de los dirigentes masistas que se oponen a la marcha indígena. El ministro Llorenti envió refuerzos policiales para apuntalar el bloqueo bajo el argumento de “evitar cualquier enfrentamiento”, pero en realidad frenaba la marcha. En esta situación la policía y los colonizadores no han permitido el ingreso de agua y alimentos para los marchistas. En el punto elevado de esta estrategia, cuando se avizoraban amenazas de enfrentamiento de los colonos contra los marchistas indígenas, el gobierno se lavó las manos y dijo, en boca del Vicepresidente, que este conflicto es entre privados.
El objetivo del gobierno es desgastar a los marchistas, quienes han sido acosados constantemente por agentes de inteligencia desde su partida. Sin embargo, lo que ha alarmado a la población y despertado una solidaridad inesperada ha sido la acción de la policía y los bloqueadores, que han impedido la provisión de agua y alimentos que diversas organizaciones y personas enviaron a la marcha atendiendo a las necesidades de mujeres embarazadas, niños y hombres indígenas.
Contrariamente a la intención del gobierno, la solidaridad se ha despertado. Innumerables sectores populares como los maestros urbanos y rurales, juntas vecinales, pueblos indígenas de Potosí, Oruro, Chuquisaca, el Chaco, Santa Cruz, Beni, Pando, incluso la población de Caranavi a través de sus dirigentes y hasta los cooptados dirigentes de la COB han manifestado su apoyo y recibimiento con los brazos abiertos a los marchistas. Por otro lado las organizaciones profesionales, las universidades, los colectivos medioambientales, las organizaciones sociales y de derechos humanos, personas de a pie, han organizado vigilias en las plazas principales de las ciudades, han hecho marchas de protesta por todas las ciudades del país, están organizando delegaciones para apoyar la marcha indígena y han condenado la actitud del gobierno y denunciado la demagogia medioambientalista de Evo Morales, pidiendo en los hechos el respeto de los derechos de los pueblos indígenas dentro de Bolivia.
Mientras Evo Morales y sus ministros traicionan a los pueblos indígenas del TIPNIS, sometiéndose a los intereses que el Banco Mundial y los intereses capitalistas de Brasil en el proyecto IIRSA, el revisionismo cubano premia a Morales otorgándole el título de Doctor Honoris Causa en la Universidad de La Habana por su “pensamiento ambientalista”.
La lucha de los pueblos en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isibóro Sécure ha desnudado la demagogia del MAS y ha cohesionado más al pueblo boliviano.

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