Tras la concentración masiva de simpatizantes del Movimiento al socialismo (MAS) en la plaza Villarroel con motivo de demostrar la fuerza política del gobierno, tras la declaración del vicepresidente, Álvaro Garcia Linera, de 131 votos como cantidad suficiente para dar legitimidad a los cargos de las autoridades judiciales y entre denuncias de falta de independencia del Tribunal Supremo Electoral con acusaciones sobre la afinidad al MAS de su presidente, Wilfredo Ovando, este domingo 16 de diciembre el gobierno de Evo Morales recibió un revés de mas de 40% de votos nulos y mas del 20 % de votos blancos que desmiente el tan manoseado discurso sobre el apoyo de los movimientos sociales al proceso de cambio y al gobierno de Evo Morales.
En aquellos lugares que en otrora fueran bastiones del MAS como es el caso de la ciudad de El Alto y gran parte del área rural, a pesar de los esfuerzos del gobierno y la manipulación de varios dirigentes al momento de votar como reflejaron y denunciaron los medios, los votos nulos y blancos también obtuvieron la mayoría del porcentaje.
Apenas se dio a conocer cierto porcentaje de los resultados, donde de manera mayoritaria predominaba el voto nulo y blanco, los pensadores, funcionarios y dirigentes de gobierno no demoraron en deambular por los medios e inmediatamente a esgrimir teorías para poder hacer creer que aquella contundencia no representaba un repudio al gobierno sino que expresaba la falta de desconocimiento acerca del proceso de votación y el desconocimiento de los candidatos por parte de la población debido a la falta de propaganda, sin considerar que gran parte de estos votos no quedaron simplemente como nulos sino que las papeletas fueron utilizadas como una especien de mural donde la gran mayoría de la gente expresó su descontento con el gobierno de Evo Morales, producto de las condiciones duras de sobrevivencia de la gran mayoría de la población.
Tanto los intelectuales que se los etiqueta de derecha como aquellos que se los conoce y se declaran de izquierda coincidieron en subrayar y felicitar la masiva y “voluntaria” participación del pueblo boliviano, no mencionando y haciendo vista ciega a la coerción que existe por parte del sistema, ya que si la gente no asistiría a votar: en el caso de los funcionarios públicos no podrían cobrar sus sueldos, en el caso de muchos universitarios no se les permitiría realizar sus trámites, en el caso de la población en general no se les permitiría realizar transacciones bancarias, etc. De esta forma esta asistencia masiva, en la que tanto énfasis colocan todos estos analistas que brillan en los medios, se evaporaría de no ser por tales y cuales mecanismos que ejerce el sistema, ya que como bien expresaba la gente previo a emitir su voto, su asistencia en la mayoría de los casos estaba impulsada por la sola obtención del certificado de sufragio.
El “espíritu democrático del pueblo” entendiendo este como sinónimo del voto y de las urnas, es otro punto en común entre todos estos intelectuales de diversas posiciones ideológicas. Lo cierto es que simplificar la democracia a un simple garabato en una papeleta y el depósito de esta en un pedazo de cartón, demuestra la estrecha visión respecto de la democracia, el conservadurismo y, consecuentemente, la incapacidad e imposibilidad para poder transformar la sociedad por parte de estos analistas.
Por ultimo, el presidente Evo Morales, sin mencionar los resultados de las elecciones, salió a expresar su felicitación al pueblo por su voluntad democrática y por el inicio de una revolución en la justicia. Sin embargo lo que sabemos por experiencia, es que el pueblo viene de elección tras elección para uno y otro fin, sin que esto se traduzca en la mejora de sus condiciones de vida, contrariamente el pueblo cada día vive en peores condiciones y es que si el camino de una verdadera transformación estaría guiada por una mayor cantidad de elecciones, hace tiempo que viviríamos en una sociedad mejor y los hechos concretos, a pesar del bombardeo mediático, nos demuestran que no existen mas que cambios cosméticos mientras los intereses de los terratenientes, grandes capitales extranjeros, etc.