Evo aprueba lo que ya estaba cocinado, la Ley de Consulta
para contraponer la protección del TIPNIS y hacer la carretera por medio del territorio
El gobierno aprobó su Ley de Consulta Previa para la construcción de la carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), la lucha desesperada de la bancada indígena por impedir la instalación de la sesión parlamentaria y el discurso de Evo ahora convertido en ardiente defensor de la consulta indígena, fueron parte del colofón de este capítulo que cierra el montaje que puso en escena Evo Morales con la contramarcha del CONISUR luego del desprestigio político que le ocasionó la VIII marcha indígena del TIPNIS.
Para el pueblo boliviano es sumamente claro que después de la aprobación de la Ley Corta (que prohíbe la construcción de la carretera por medio del TIPNIS) Evo Morales fue el promotor de una nueva marcha para reparar su descalabro político. Amparados por las alcaldías del MAS, la prefectura de Cochabamba y algunos ministerios se puso en operación la marcha del CONISUR, un sector de colonizadores y comunidades indígenas que viven en el territorio del TIPNIS aunque no forman parte de la TCO. Con pleno respaldo logístico del gobierno esta marcha realizó recorridos espectaculares, tuvo resguardo policial, apoyo de bomberos y la alimentación venía en autos oficiales, aunque siempre los marchistas dijeron que nadie los financiaba y pedían un apoyo de la población que nunca recibieron.
La llegada de esta marcha a la ciudad de La Paz contó con el entusiasta apoyo de las organizaciones del MAS, los ponchos rojos (que son material disponible para concentraciones oficialistas), las “barzolinas” (que cumplen idéntico papel), la militancia del partido de gobierno, así como el sector oficialista de Derechos Humanos (la “Sachamblea” Departamental de DDHH) entre otros.
El montaje tuvo por finalidad mostrar a la población que el problema era entre los indígenas así Evo Morales les recomendó “ponerse de acuerdo”. El discurso oficialista justificaba la ficción señalando que el gobierno no tiene que ver en esto y que por el contrario, cumpliendo la obligación de “gobierno de todos”, los llama a dialogar y entenderse. A pesar de que el escenario fue montado por el gobierno, a algunos convenció (incluso críticos del gobierno) de que se trataba de una oferta honesta donde se generaba un escenario para que los “hermanos” resuelvan sus diferencias.
Pero este objetivo no prosperó así que sacaron el as bajo la manga, una propuesta de ley (supuestamente hecha por los indígenas del CONISUR) para realizar la Consulta Previa en la construcción de la carretera que una los departamentos de Beni y Cochabamba. Dicha propuesta fue aprobada en tiempo record. La consulta previa, que ahora de previa no tiene nada, apunta a legitimar el interés supremo que tiene el gobierno en la construcción de la carretera, interés que está ligado a sus compromisos con grandes transnacionales imperialistas.
Hemos hablado bastante sobre los intereses en la llamada integración regional con el proyecto IIRSA, donde está involucrado el gobierno de Evo y los gobiernos de la región, además los compromisos asumidos con capitales de la gran burguesía brasileña en la construcción de estas carreteras (empresas brasileñas han construido gran parte del circuito carretero) y la existencia de concesiones de exploración de hidrocarburos a Petrobras y PetroAndina en el TIPNIS que el gobierno ha reconocido. Estos son algunos de los intereses que están en juego hasta donde se conoce.
El argumento de que la carretera llevará progreso a los indígenas (educación, salud, identificación) es insulso y puede comprobarse en las zonas donde existiendo carreteras se evidencia condiciones miserables de vida de la población. Otro argumento planteado por los masistas es que la carretera quebraría la hegemonía cruceña con una carretera que conecte directamente la producción de los ganaderos benianos con el eje troncal. Esta aseveración revela algo que venimos planteando hace tiempo, el gobierno obedece a los intereses de sectores de la gran burguesía y terratenientes, en su supuesta lucha contra la oligarquía cruceña se alía con otros sectores dominantes regionales, es una estrategia dentro de las pugnas de las clases dominantes, sus alianzas con terratenientes benianos (cosa que ha venido haciendo el señor Quintana) le favorecen en su gestión, en las contradicciones con la oposición. Pero esta política de alianzas de nada sirve a las masas explotadas, por ejemplo a aquellas que trabajan en condiciones de peonazgo y enganche servidumbral en estas haciendas sumadas al “proceso de cambio”.
El conflicto por el TIPNIS ha revelado varias cosas: 1) que la defensa de la madre tierra y la promoción del vivir bien son sólo demagogia del gobierno que encubre el verdadero carácter de la reproducción capitalista de este país; 2) que el asunto (más importante aún) de la autodeterminación de los pueblos no sirve cuando choca con los compromisos imperialistas del gobierno; 3) que la Consulta Previa sancionada en la Constitución tampoco sirve si contradice los intereses de las transnacionales; 4) que el gobierno maneja una política corporativa con los sectores populares, de esta forma ha divido muchas organizaciones y alienta el enfrentamiento que algunas veces ha terminado con saldos sangrientos; 5) que el gobierno ha mostrado su rostro fascista con la brutal represión en Yucumo en la marcha indígena de la que hasta el momento no hay ningún responsable, algo que es cosa corriente en todos los casos de represión y muerte a los sectores populares.
El gobierno se está jugando el prestigio político por la carretera del TIPNIS y ese costo se pudo ver en las elecciones al poder judicial, pero el gobierno también sabe que la gente olvida fácilmente y apuesta a que en un tiempo recupere su popularidad. Es también evidente que los dirigentes del “proceso de cambio” utilizan muy bien las viejas mañas políticas de los gobiernos reaccionarios, práctica que pone al descubierto su esencia contrarrevolucionaria.
En este escenario los indígenas siguen siendo la masa utilizada, por un lado el gobierno maniobra con sus dirigentes adictos con el discurso del desarrollo y por el otro están los indígenas que se han convencido que los proyectos alternativos con planes de manejo son la solución a sus problemas, en ambos casos la mano del imperialismo tiene su parte. Pero en este particular contexto el descarado manoseo político, la mentira y la distorsión de los hechos, la represión brutal y la promoción del enfrentamiento entre sectores populares viene del gobierno de Evo Morales, de ahí que el pueblo boliviano y las organizaciones populares independientes hayan tomado posición por este sector de los indígenas, además porque ya muy pocos se creen el cuento de que este gobierno es revolucionario, la demagogia desenfrenada y la atosigante campaña publicitaria oficialista, al mejor estilo de los gobiernos fascistas, ha cansado a la población que ya no cree en sus mentiras.
El campo popular debe construir su propia alternativa pues de lo contrario los sectores desencantados con el MAS caerán en manos de los enemigos de siempre. Pero esta lógica no es la de los revisionistas o de los oportunistas pequeñoburgueses que dicen que en ese caso es preferible apoyar a este gobierno en vez de caer en manos de la “derecha”. Este discursito que encierra la concepción de apoyar al mal menor, concepción propia del revisionismo (PCB, PCML, y otros grupos) no tiene carácter revolucionario, ver las opciones entre el gobierno y la “derecha” es pensar que no tenemos más opciones que estas dos, el caso es peor porque el gobierno de Evo no es de izquierda, en todo caso estas posiciones relativas (izquierda, derecha) se encuentran dentro de los marcos del viejo Estado y de la reproducción capitalista particular de Bolivia (capitalismo burocrático) lo que significa tener que escoger entre una opción conservadora (la vieja derecha) y la opción reformista (el gobierno del MAS que son los nuevos sectores en las clases dominantes).
El pueblo tiene derecho a construir su propio camino con una dirección revolucionaria que rompa los límites del viejo Estado para verdaderamente encaminarse en la construcción de una nueva sociedad.
Análisis y opinión