El gobierno envia fuerte contingente policial para enfrentar a los potosinos
Análisis y Opinión
23/07/15
La Paz se convulsiona nuevamente, el poder político en Bolivia hoy es cuestionado por un sector históricamente olvidado, el pueblo potosino. El nuevo gobierno no ha cambiado eso, en Potosí nueve de cada 10 personas son pobres, la migración fuera del departamento sigue siendo dramática, mucha gente migra para trabajar en condiciones de esclavitud, dentro y fuera del país, la lucha es por los derechos fundamentales a una vida digna, a un trabajo, a la salud, a no ser pobres, esa sigue siendo la causa principal de sus manifestaciones.
El gobierno por su parte hizo promesas que no cumplió, hace cinco años los dirigentes potosinos vienen reclamando el cumplimiento de los acuerdos, reclamo que el gobierno jamás atendió, por ello el cansancio ha llevado a los dirigentes de varios sectores populares agrupados en Comcipo (Comité Cívico de Potosí) a convulsionar nuevamente el centro político del país, ha puesto en la agenda nacional que el “proceso de cambio” no cambió la realidad potosina.
La lucha del pueblo potosino ha tenido varios méritos, el primero, desenmascarar la demagogia e hipocresía del gobierno de Evo Morales que capitalizaba mediáticamente la visita del cura Bergoglio (el papa católico), pues en cuanto el máximo jefe del Vaticano partió del país, arremetió duramente contra los marchistas utilizando su fuerza represora, la violencia contra los manifestantes ha sido dura pero a pesar de todo éstos se han mantenido.
Otro elemento puesto en evidencia ha sido ha sido la oferta hipócrita de diálogo ofrecida por el gobierno con la negativa constante de Evo Morales a sentarse a negociar con los dirigentes de Comcipo. La dirigencia potosina ha exigido la presencia del mandatario en las negociaciones, eso tiene que ver con arrancar un compromiso directo de Evo Morales, sacarle al gobierno una firma mayor para poder demandar con más fuerza el incumplimiento de los acuerdos, pero Morales se han negado constantemente a negociar, por el contrario se dedicó desde un principio a atacarlos y deslegitimarlos, mientras se dedicaban a sostener encuentros futbolísticos transmitidos por el canal estatal en una muestra de desprecio a la lucha de Posotí.
El gobierno sigue la estrategia del desgaste, busca acabar con las provisiones, con los suministros para debilitar la resistencia de los hombres y mujeres movilizados, sin embargo el pueblo potosino ha respondido fortaleciendo la avanzada en La Paz con el arribo de cerca de mil mineros.
Otra estrategia del gobierno es deslegitimar la lucha, por ello recurre a infiltrados para azuzar por momentos a la población movilizada y buscar el desborde, cuando éste se produce y provoca enfrentamientos, los ministros, en particular el ministro de gobierno Carlos Romero, apunta a la vieja y gastada tesis de “la derecha está detrás del conflicto”, “quieren desestabilizar al gobierno” o “es un movimiento golpista”.
El desborde en la lucha del pueblo boliviano siempre ha sido algo natural, es parte de toda lucha y no puede ser controlado totalmente. En la presente lucha, cuando la infiltrada de la policía lleva un muñeco de Evo para ser quemado e incita a aquello a los movilizados (algo que no fue planificado por los dirigentes) genera la presencia de la rabia que siente la gente por el caudillo y todo el odio político, el odio de clase, y queman simbólicamente a quien identifican como su opresor y represor. Se trata de una acción espontánea de la gente que lucha, que no está pensando en que se trata de una emboscada del gobierno. Romero ha pretendido argumentar que este hecho es evidencia de que la “derecha está detrás”.
Son esta clase de artimañas las que enfrenta el pueblo potosino, artimañas que manejan muy bien los ministros y el señor García Linera. Las convocatorias al “diálogo” han sido verdaderas emboscadas en las que la dirigencia potosina no ha caído, García Linera organizó una “reunión” donde trajo a toda su militancia, entre dirigentes masistas y alcaldes, y pidió que vengan 10 personas de Comcipo, era a todas luces una estrategia para cercar a los dirigentes movilizados.
El argumento del “diálogo” es llevado y traído mucho durante estas últimas dos décadas. Bajo la inspiración católica y la influencia de las ONGs hace tiempo se viene colocando el “diálogo” como la panacea de la solución de los conflictos, como si el diálogo en sí mismo es el mecanismo supremo de solución de los problemas en una sociedad de clases. Este discurso no es verdadero, es hipócrita, lo decimos con toda claridad, tal como se plantea el famoso diálogo no es más que una fruta venenosa que siempre busca debilitar a los sectores movilizados frente al poderoso aparato estatal. Toda negociación encierra intereses, sean estos particulares, grupales o de clases, en una sociedad de clases, los intereses que se defienden entran en confrontación de manera permanente y los sectores que contienden asumen medidas para ser escuchados y luego negociar.
Basta ver la actual lucha, acaso no vienen los dirigentes potosinos reclamando el incumplimiento de los acuerdos firmados hace cinco años? ¿quién se dignó a escucharlos? ¿el gobierno? Por supuesto que no. A pesar que Evo Morales acusa a la dirigencia potosina de estar manejada por la derecha e incluso por intereses chilenos, a pesar que García Linera y su poderoso ministro Romero acusan al señor Johnny Llalli (máximo dirigente de Comcipo) de estar manejado por la derecha o querer buscar un cargo político, resulta que este dirigente (que además votó por Evo) viene buscando hablar con Morales hace tiempo, en diferentes encuentros o visitas que hizo el gobernante a Potosí, sin embargo jamás le dieron atención, eso porque así como estaba era un tipo si ninguna fuerza, era visto como alguien que no representaba a nadie. Incluso cuando empieza el conflicto con un paro cívico en el departamento de Potosí, nadie daba un peso por Comcipo, el gobierno no lo llamaba a “dialogar”, ahí no pedía un “diálogo sincero”, no se armaba ninguna campaña millonaria en la televisión hablando de diálogo y el progreso, sin embargo ahora, cuando inesperadamente para muchos políticos del gobierno, el pueblo potosino se ha levantado, y eso lo hemos visto en los medios de comunicación, pretenden hacerse pasar por eternos creyentes de la potencialidad del diálogo.
El diálogo en una sociedad de clases no es más que la negociación que se alcanza según cómo se ha llevado el conflicto en el “campo de batalla”, esa negociación refleja el estado de las fuerzas que están luchando en la calle, cuando los gobiernos exigen “que se levanten las medidas de protesta” quieren debilitar la posición del movimiento popular, cuando el gobierno arresta a los movilizados, también quieren debilitar su posición, esta vieja estrategia ha sido utilizada por todos los gobiernos reaccionarios y el MAS de Evo Morales no es la excepción porque es tan reaccionario como sus antecesores.
El MAS ahora gasta millones en propaganda para condenar la movilización, a la cual llama violenta, condena la lucha de los sectores populares, de los mineros, estudiantes, vendedores ambulantes, señala que es violencia negativa, perjudicial para el desarrollo del país, ruega hipócritamente a deponer medidas, la propaganda busca ocultar que en su tiempo fueron los mismos métodos del movimiento cocalero con Morales a la cabeza, se trata de una campaña reaccionaria para derrotar a su adversario y nunca de un “diálogo franco y sincero” como transmite su millonaria propaganda y como hipócritamente señaló García Linera en su perorata de más de una hora cuando el día miércoles se rompió la negociación.
La lucha del pueblo de Potosí es una lucha justa, sus formas de lucha son aquellas que históricamente desarrollaron para defender al país de los gobiernos reaccionarios, de los gobiernos militares, el pueblo no ha cambiado, por el contrario, quien cada vez más adecua su discurso al discurso reaccionario es el gobierno del MAS. Hace unos meses, cuando se cuestionó en la ciudad de El Alto el cuoteo político manejado por los dirigentes corruptos del MAS García Linera lanzó un discurso sobre el movimiento popular y los históricos logros que consiguió para el país, en aquella perorata García no hizo ninguna diferenciación entre el movimiento popular clasista, revolucionario, marxista y el llamado movimiento social masista que está plagado de corrupción y oportunismo, García Linera como buen oportunista generaliza cuando le conviene, pero ahora este señor no tiene problemas para acusar y desprestigiar al movimiento popular, sus ministros no han dejado de lanzar acusaciones absurdas contra los dirigentes potosinos, incluso ese señor de apellido Trigoso que es Ministro de Trabajo, quien durante años fue asesor de la COB, ahora dice que la movilización popular es responsable de los índices de desempleo en el departamento de Potosí, discurso más reaccionario no se escuchó ni con los gobiernos neoliberales. Los agentes del gobierno que se dedican a hacer campaña sucia en las redes sociales no paran de acusar a la dirección potosina de “antipatrias pro chilenos”, ese discurso patriotero tan bajo y reaccionario suele ser el argumento favorito que usa el gobierno en su pretensión de ganar la pulseta al pueblo movilizado.
La tergiversación de los hechos es moneda corriente en el oficialismo, García habla sin sonrojarse de haber llamado a un “debate franco y abierto” el día miércoles y que por ello no había policías cerca del lugar donde se realizaría el diálogo, sin embargo eso fue una mentira, porque la policía estaba apostada en los techos de los edificios y escondida en otras calles aledañas, el que no hayan dispuesto adecuadamente a su fuerza represiva para reprimir y que permitieran que los mineros ingresaran al Ministerio de la represión y lo apedrearan es problema de ellos. Otra mentira del mismo calibre vino del ex periodista que es gobernador de Cochabamba, el señor Iván Canelas, individuo de conocido desprecio por la lucha de Comcipo quien dijo hace cinco años que el pueblo potosino había luchado por cinco pesos, ahora tergiversa los hechos y acusa a los mineros de querer tomar la Casa presidencial cuando éstos pasaron por ese lugar huyendo de la violenta represión policial. Son mentiras de este calibre las que enfrenta día a día el movimiento popular potosino.
El pueblo potosino necesita profundizar aún más su lucha, precisa de una dirección consecuente y preparada, necesita de la solidaridad política de los demás sectores honestos y no comprometidos con la política reaccionaria del MAS, la lucha no está definida y ningún compromiso se ha arrancado, la sacrificada lucha de los movilizados en La Paz es alimentada por las medidas que desarrolla el pueblo en Potosí y esta debe consolidarse y mantenerse para no perder la posición hasta ahora alcanzada.