MAS, pugna interna y descomposición

image875

Elmer Lizarazu y Herbert Valencia, dirigentes cocaleros de Shinaota, el Chapare, detenidos y enviados a la cárcel el 2014 por protestar contra la decisión de Evo Morales que desconoció a la candidata de bases Lidia Poma para la alcaldía de Shinaota. Tras la protesta los dirigentes fueron detenidos por la policía e increíblemente acusados de instigación pública a delinquir, asociación delictuosa, organización criminal y hasta atentar contra la vida de Evo Morales. Es una práctica común del gobierno boliviano el «vaciar todo el código penal» sobre sus adversarios incluso cuando son de sus propias filas.

Análisis y Opinión

18/04/17

La candidatura de Evo Morales Ayma se ha convertido en la razón de ser de su gobierno y de su partido porque es el único caudillo que puede garantizar la cohesión orgánica del MAS. Sin Evo Morales en la dirección del partido, del gobierno, de los movimientos sociales, de dirigentes medios e intermedios, el MAS no tiene continuidad y se corroe por dentro.

A pesar de que las normas electorales le impiden habilitarse y a pesar de que los votantes dijeron masivamente “no” a esa candidatura el 21 de febrero de 2016, cómo encajar la candidatura de Evo Morales es un dilema que carcome por dentro al Movimiento Al Socialismo (MAS).

Pero no es un dilema que se afronte de manera unitaria. Si Evo es candidato, la pelea interna es por acompañarlo en las candidaturas intermedias. Si Evo no es candidato, la pelea es por sustituirlo.

La cohesión que garantiza Evo Morales al MAS no es por ser el único caudillo, sino porque es el único capaz de aplacar a los varios reyes chiquitos debajo de su jerarquía.

Los pequeños caudillos están permanentemente tratando de emerger, y no son individuos sino grupos de poder dentro del MAS, con acólitos prebendalizados, con presencia en parcelas del aparato estatal y con cierto arraigo en sectores dominantes de poder regional.

Lo demuestran sus congresos internos que carecen de cualquier práctica democrática, donde Evo Morales usa el machete para quitar cabezas como respuesta al primer chisme que le llega sobre un adversario, sin pedir pruebas o dar derecho a la defensa.

Se dice que la salida del gabinete ministerial de Juan Ramón Quintana y David Choquehuanca (enero 2017) fue una solución salomónica para apaciguar las cuchilladas por la espalda entre compañeros del partido. Sin embargo pronto reaparecieron las pugnas internas en las que el Ministro de Gobierno, Carlos Romero, utilizó el aparato policial-judicial para perseguir a sus correligionarios contrincantes con cárcel (por un meme en redes sociales, en realidad un organigrama de un grupo de poder del MAS en Santa Cruz).

A estas alturas es preciso recordar a Juan Ramón Quintana, antes del referéndum del 21 de febrero de 2016: “si ganara el NO y nos quisieran llevar a revocatorio, créanme que sería el mejor escenario (…) pero el peor escenario del NO va a ser la lucha feroz interna, las internas, como dicen, porque hay algunos que ya tienen tentaciones presidenciales, hay algunos que ya se sienten en carrera”.

El MAS, ¿a quién representa?

El MAS era un movimiento que representaba fuertemente al sector campesino y, más precisamente, al sector cocalero que fue golpeado duramente en la década de los 90 por los gobiernos y por el imperialismo en su “lucha contra el narcotráfico”.

Cuando el MAS subió al gobierno, con base en su demagogia, tuvo la capacidad de ganar a sus filas a amplios sectores campesinos, indígenas, obreros y otros del campo popular, incluidos pequeños comerciantes y sectores de la pequeña burguesía.

Esa efervescencia de apoyo al MAS ha dado un giro drástico ahora. Para los sectores populares que lo apoyaban fue difícil aceptarlo, pero las políticas del gobierno desde su primera gestión (iniciada 2006) consistieron en acuerdos y pactos con sectores conservadores, terratenientes y empresariales, especialmente del oriente boliviano. Esto es en realidad expresión de lo que política y económicamente representa el MAS, el gobierno de un sector de la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo.

Ese carácter se ha expresado orgánicamente dentro del MAS en la incorporación de sectores reaccionarios. Un hecho evidente es la integración de la Unión Juvenil Cruceñista (grupo fascista al servicio de los terratenientes), pero antes y después de eso, poco a poco, gente del MNR, MIR, ADN, NFR, UCS fue acogida con el auspicio de autoridades del MAS.

Los forasteros se incorporaron a todos los niveles estatales, desplazando a dirigentes populares miembros del MAS. Esta dinámica de reproducción orgánica genera contradicciones que explotan con relativa frecuencia y principalmente en momentos electorales.

Las pugnas por las candidaturas entre fundadores e “invitados”, entre bases campesinas y sectores reaccionarios, son encarnizadas. Incluso los congresos ordinarios del MAS se convierten en luchas cuerpo a cuerpo para ganar espacios, candidaturas, cuotas en la administración pública.

Pero más que la incorporación de exdirigentes de los partidos tradicionales, el MAS ha hecho alianzas con esos sectores conservadores, empresariales y terratenientes. Y sus compromisos son profundos, la Agenda Patriótica 2025 fue elaborada en su área económica por la Confederación de Empresarios Privados.

La alianza es tan necesaria para el gobierno de Evo Morales que éste les demanda militantes a los empresarios, como sucedió en 2013 en un almuerzo con esos capitalistas cruceños: “Me alegra escuchar al presidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, cuando decía: más seguridad jurídica. Por supuesto, más seguridad ciudadana, entiendo perfectamente, ya no es un reclamo decir que hay que dar seguridad, todos queremos más. Como político, también necesito más militantes para el MAS” (20-09-2013).

Evo Morales no solo pide, principalmente entrega beneficios a los empresarios. En enero de 2017, en otra reunión reciente con los gremios empresariales (CAO, Cainco), el bondadoso Evo Morales prometió entregarles los ahorros de los jubilados (actualmente dentro de las AFP) para crear un “fondo de apoyo al agro”, inicialmente de 150 millones de dólares.

Los militantes campesinos, obreros y cocaleros del MAS toleran esas políticas y están obligados a defenderlas ante la opinión pública.

Esto se explica porque la dinámica interna del MAS nunca ha sido de prácticas democráticas. Las decisiones son exclusividad de Evo Morales, que a su vez utiliza la prebenda para cooptar dirigentes intermedios. Una escuela de cuadros o la formación política de sus militantes nunca estuvo dentro de la vida orgánica del MAS. Los dirigentes acólitos e incondicionales, llunk’us (serviles) en el lenguaje local, son la característica de este movimiento.

En ese contexto, ni siquiera la administración del Estado es del interés del gobierno de Evo Morales, las empresas y los servicios básicos para la población (determinantes como el caso del agua potable) están entregados a la administración de dirigentillos cuyo principal encargo es controlar, comprar y cooptar a dirigentes locales todavía no controlados.

Así hemos llegado a un momento en que a Evo Morales, a su clientela más cercana y al MAS les interesan garantizar su permanencia en el poder. Por eso el gobierno lanzó de manera anticipada el referéndum del pasado 21 de febrero de 2016, y al haber perdido la consulta despertó otra pugna interna para sustituir a Morales en las futuras elecciones.

El MAS nunca fue un partido político propiamente dicho, de manera oportunista el antileninista García Linera pide centralismo democrático a sus “militantes” cuando quiere mantenerlos a raya pero en otros contextos define al MAS como una confederación flexible de “movimientos sociales”. Las contradicciones internas que se anuncian en la estructura del MAS no son las contradicciones de una lucha ideológica, son pugnas de poder personal o de grupo por copar puestos en la administración estatal. Esas pugnas anuncian la descomposición orgánica del MAS que, por el momento, solo tiene al caudillo como elemento cohesionador, es decir, sin Evo Morales, el MAS no es nada.

Un comentario en “MAS, pugna interna y descomposición

  1. El MAS ha entrado en una profunda descomposición, no cabe dudas, la practica caudillista, la presencia de pequeños señores dentro de su organización es un sintoma de la mentalidad semifeudal que existe, pero por otro lado, hay un sector, que no hace vida orgánica, que la conforman invitados que tienen sus propias lógicas pequeñoburguesas o empresariales, divorciadas del movimiento popular y distantes de los dirigentes prebendales de Evo Morales, este sector pertenece a la vieja y rancia «clase política», gente reciclada de los viejos partidos o gente ligada a sectores empresariales que reciben grandes cuotas del poder en el MAS.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s