Análisis y Opinión
04/10/18
En un verdadero acto de arrogancia la justicia boliviana demostró una vez más de qué esencia canalla está hecha, luego de haber condenado sin pruebas al doctor Fernández y haberse destapado el escándalo al reconocerlo así una de las juezas que lo condenó, el podrido sistema judicial, buscando la forma de cubrirse las espaldas liberó al médico del penal donde estaba recluido pero le dio detención domiciliaria.
Este ha sido uno de los procesos más vergonzosos que ha protagonizado la justicia del “proceso de cambio” de Evo Morales. Sumado a las muchas irregularidades cometidas en el caso como lo hemos señalado en nuestros artículos anteriores, se conoce ahora las declaraciones públicas de una testigo, que trabajaba en el centro de cuidados donde murió el bebé Alexander y donde se acusa al doctor del delito de violación, que el médico no se encontraba en los ambientes donde el bebé falleció, es decir, un testigo clave, dijo que el acusado no se encontraba en el lugar del hecho, pero esto no fue tomado en cuenta por la fiscalía ni por el juez. Sigue leyendo