Celebración del proletariado y sus tareas concretas

Mineros emboscados por francotiradores del MAS el 2019 en la localidad altiplánica de Vila Vila, una emboscada de la que casi no se habla. Foto: Internet

8/5/21

Análisis y Opinión

El Primero de mayo es el Día del Proletariado Internacional, el día que conmemora el sacrificio de los obreros y trabajadores, hombres y mujeres, que han entregado su vida en la lucha por mejores condiciones de vida frente a la brutal explotación del capital, pero, en un plano de mayor importancia, reafirma la lucha de todos los proletarios, trabajadores y pueblos del mundo por acabar con el sistema de explotación capitalista, con el sistema imperialista mundial, de acabar con la explotación semicolonial y semifeudal en los Estados atrasados económicamente. El 1 de mayo el proletariado se reafirma en luchar por la Nueva Democracia, el Socialismo y el Comunismo en el planeta.

La coyuntura actual presenta un panorama catastrófico para la mayoría de la población mundial, particularmente para los trabajadores, los pobres y los explotados. La pandemia desatada por el virus conocido como Covid-19 ha puesto de manifiesto las enormes contradicciones del sistema capitalista en su fase imperialista; hemos visto y seguimos viendo que los trabajadores, los explotados, quienes viven en condiciones precarias, quienes no tienen las condiciones para estar en cuarentena y quienes han sido alentados por los dueños del capital a salir a trabajar han sido los que han muerto en masa, fundamentalmente en las ciudades donde la concentración poblacional es gigante, precisamente por la migración campo ciudad impulsada por las crisis económicas permanentes de los Estados, en los países del primer mundo han sido los migrantes, los trabajadores de servicio y entregas los que han muerto, y en los países atrasados, la gran cantidad de muertos han estado en los sectores del comercio informal.

Visiones reaccionarias para enfrentar la pandemia

Dos visiones reaccionarias han enfrentado esta situación, ambas nefastas para los pueblos, por un lado, la de dejar pasar, so pretexto de respetar las “libertades democráticas” y “cuidar la economía” sin aplicar ninguna medida de protección, sin invertir en el cuidado de la salud, levantando la hipócrita y falsa igualdad de, que cada uno “decida libremente” si quiere protegerse o no, cuidarse o no, hacer cuarentena o no. El único interés de esta visión ha sido el cuidar la economía de los dueños del capital, de las grandes empresas, que precisamente durante la pandemia se han enriquecido aún más, y han dejado como secuela gran cantidad de muertos, deliberadamente dejaron morir a los ancianos como población descartable; finalmente tampoco sirvió para salvar la economía, porque la economía de pueblo se vino abajo generando un brutal desempleo, empobrecimiento de una buena parte de la población y muerte en los que tuvieron que salir a ganarse el pan de cada día, porque ellos, los pobres no pueden “decidir libremente” costearse las cuarentenas de lujo que los dueños del capital si podían.

Por otro lado, el pueblo también enfrentó la aplicación de cuarentenas rígidas, con mecanismos de control de la población que ciertamente anulaban muchos de sus derechos entre los que estaban el derecho a protestar, a difundir la información, en los estados de tinte fascista el control corporativo se impuso muchas veces de manera asfixiante so pretexto de impedir la propagación del virus se buscó el control de la disidencia, pero el fin último siempre fue el reponer el aparato productivo para, en el juego político y la guerra comercial, salir fortalecidos de la crisis, como lo han hecho todos los reaccionarios, sin importar el coste social.

El tercer mundo simplemente colapsó ante la pandemia, puso al descubierto, incluso en los países de “economías emergentes” y de “novedoso desarrollo económico” que nunca hubo desarrollo en la inversión social, particularmente en la salud y todo lo que implica ello, no solo el tener suficientes hospitales o unidades de terapia intensiva, sino el tener algo tan básico como el agua suficiente para las labores de higiene que exigía el combate a la pandemia. La precariedad, las lacerantes condiciones de vida, que siempre ha sido denunciada por los sectores populares y por los sectores revolucionarios, salió a flote, a vista de todos y ha traído abajo el discurso exitista de desarrollo económico pregonado en estos últimos 20 años. Bajo esta consigna del desarrollo del mercado se entregó los sistemas de salud al sector privado y hemos sido testigos de las fortunas que cobraban las clínicas privadas a quienes tenían la desgracia de caer en esos centros. Sumado a estas condiciones estructurales las administraciones estatales no perdieron la oportunidad para enriquecerse a través de los mecanismos de corrupción, de beneficiarse del aparato estatal para sacar ventaja de la crisis, de beneficiar a los consorcios farmacéuticos, de comidas entre otros calificados durante la pandemia como sectores de interés estratégico. A pesar de haber pedido sacrificios a la población, el viejo Estado y las clases dominantes han pagado el esfuerzo de los trabajadores con despidos masivos, pobreza mayor, creación de impuestos, los bancos no perderán nada y buscan cobrar hasta el último centavo a sus acreedores, incluso pretendieron aumentar intereses producto de la mora obligatoria debido a la pandemia. El capital ha respondido al pueblo con más ajuste y pretende que el “retorno a la normalidad” sea a la situación de siempre, a la que precisamente ha generado o venia generando los problemas que la pandemia ha acelerado, porque una gran crisis del capital se asomaba antes de la aparición del Covid-19.

Un sistema caduco que aplasta a los pueblos y al planeta

A diferencia de lo que pregonan los seguidores del liberalismo el sistema ha demostrado que no sirve a la sociedad ni a los pueblos. El sistema social imperante está imposibilitado de llevar adelante aquello que la situación requería, un gran momento de solidaridad donde las estructuras organizativas se pongan al servicio de las personas, eso es imposible para este sistema porque su interés primario es la ganancia, y aunque el sistema entiende que necesita del trabajador para generar esa ganancia ajena que se apropia legalmente, en una visión malthusiana es capaz de esquilmar y destruir esa parte de la población que considera sobrante, en algunos casos los representantes del capital lo han dicho expresamente cuando han pedido “el sacrificio de los ancianos por la economía de las nuevas generaciones”, esto hay que entenderlo obviamente como el sacrifico de la población que ya no produce para mantener el aparato económico que les brinda a ellos enormes ganancias.

Pero la pandemia también puso otro punto al descubierto, y es la capacidad de presión que el sistema está generando al planeta entero. Si bien es cierto que los poderes imperialistas han creado algunos virus en su pugna y lucha de intereses, así como en su lucha contra los pueblos insurrectos, también es cierto que el desarrollo del sistema y su visión de modernidad ejerce sobre la naturaleza un impacto negativo para los distintos ecosistemas y otros seres vivos y empuja a los seres humanos a la exposición a una inmensa cantidad de organismos que la afectan; entre más se presionan los entornos naturales o salvajes más expuesta está la humanidad a la generación de pandemias.

Este sistema que no es un sistema en abstracto ni general sino el sistema capitalista en su fase imperialista, en su afán de ganancias está destruyendo el planeta, saquea los recursos naturales, impone modelos como el agronegocio que destruyen no solo a los habitantes de una región sino al entorno y ecosistema circundante, desarrolla modelos como la gran industria de la carne que transforma los hábitos alimenticios no con los fines de salud sino con el afán de atrapar comensales adictos a la alimentación chatarra, este sistema social histórico y concreto que expande su dominio sobre la naturaleza de manera indiscriminada es un sistema caduco que pone en riesgo al planeta mismo y debemos pararlo o no quedará nada por qué luchar.

La lucha de los explotados y su vanguardia

Mientras los poderes imperialistas del mundo han empezado a transarse en una guerra comercial mundial y están promoviendo la desigualdad a niveles impresionantes, basta ver como se apropian de las vacunas, los pueblos están levantados. La clase obrera, los campesinos, la pequeña burguesía y muchos sectores medios que se han empobrecido durante la gestión de la pandemia se han puesto de pie y están llevando adelante luchas concretas cada vez más fuertes. La lucha por la defensa de los derechos conquistados, contra la imposición de medidas contra la economía popular, contra la imposición de impuestos cavernarios, contra la persecución, tortura, muerte, y por muchas otras causas que tienen que ver con el funcionamiento en general, como la violencia racista en países como EEUU, son las banderas de lucha de diferentes sectores que han puesto la situación mundial de la lucha de clases en un escenario favorable para la causa revolucionaria y esto es reconocido por la gran mayoría de sectores; la demanda es que los revolucionarios comunistas, la vanguardia organizada, es decir, el Partido Comunista, esté a la altura de estas circunstancias.

Pero este escenario, en teoría favorable a la organización de la vanguardia, es un escenario que se viene repitiendo en varias ocasiones en estas últimas décadas y seguimos diciendo que hay un déficit en el trabajo de la vanguardia, que no estamos a la altura de esa demanda de las masas, más aún hay un cierto criterio que avala que estos altos momentos de la dinámica de la lucha de clases conectará automáticamente con la vanguardia para el trabajo revolucionario. Esta idea, desde nuestro punto de vista, peca de espontaneísta, y probablemente el déficit en la tarea de estar a la altura de la lucha de clases en este momento se deba en parte a esto.

Si bien es cierto en todo fenómeno hay un desarrollo desigual, lo mismo en el desarrollo del trabajo revolucionario, y podemos ver en el mundo que hay organizaciones de vanguardia que desarrollan su trabajo sin estar a la cola del movimiento sino asumiendo en todo momento el papel de dirección, incluso cuando el momento de la lucha social no está “viento en popa”, también es cierto gran parte de ese movimiento que dice asumir una posición de vanguardia viene muy rezagada, y no es solo el problema del trabajo político concreto, sino en déficit en la propia comprensión de cómo realizar dicho trabajo, de estudiar a fondo las experiencias revolucionarias, de hacer solamente un trabajo de agitación o repetir experiencias actuales como clichés sin profundizar en la comprensión de los procesos que dicen seguir.

Nosotros vemos que no hay un balance actualizado de los hechos de estas dos últimas décadas del movimiento comunista internacional (aunque ciertamente ha habido y hay esfuerzos considerables) por lo que no tenemos las lecciones sobre las experiencias concretas. Por ejemplo la revolución peruana (aunque no es la única), que hasta donde se conoce, los partidarios de un Partido Comunista del Perú (PCP) hasta antes de la detención de Presidente Gonzalo,  se encuentran en un proceso de reorganización, pero no se conoce balance alguno de la detención a la fecha y se repite el programa como si no hubiera pasado nada con la excepción de condenar a la Línea (LOD) surgida en su seno que propuso en su momento un Acuerdo de Paz con el Estado peruano del cual, desde nuestro modesto punto de vista, forma parte el propio Abimael Guzmán. Por su parte esta línea (LOD) ha hecho ciertos avances de balance aunque ha dejado tal tarea a la próxima generación de militantes, en tanto se organiza como PCP y desarrolla su trabajo de frente como Movadef y se articula internacionalmente con varios Partidos.

La necesidad de un balance y deslinde claro para una línea revolucionaria en el Perú, es necesaria por muchas razones, una de ellas su desarrollo histórico. Cuando aparece la LOD en el PCP en 1993, aparece la fracción Proseguir dirigida por Feliciano, un miembro del Comité Central que asumió la dirección y planteó continuar la Guerra Popular y denunció la propuesta de Acuerdo de Paz como patraña contrarrevolucionaria, sin embargo, en 1995, fue capturada la camarada Nancy, miembro del comité central del PCP Proseguir, y luego, a un mes de su detención planteó una autocrítica pública alineándose con el Acuerdo de Paz y declarando que este acuerdo es una propuesta del Presidente Gonzalo.

Feliciano por su parte fue detenido el año 1999, su derrotero fue el peor de todos, convirtiéndose en traidor de la revolución, calificando de terrorista, estalinista y burócrata a Abimael Guzmán (Presidente Gonzalo) y diciendo que la “democracia” es el mejor sistema social. Después de Feliciano se ha conocido a unos cuantos nombres de guerra como responsables del Partido, entre miembros de la dirección se encontraba Artemio, conocido dirigente de la zona del Alto Huallaga durante la época de la Guerra Popular que formó parte de la dirección de Proseguir. Tiempo después de la captura de Feliciano, Artemio, aún en armas en su región, asumió la posición del Acuerdo de Paz, señalando que luego de años de estudio de los documentos generados por la LOD había llegado a la conclusión de que era el Presidente Gonzalo quien había convocado al Acuerdo de Paz, el 2012 sería capturado Artemio, y siempre se le ha visto en los juicios su alineamiento con los miembros de esa línea, junto a Abimael Guzmán.

Como parte de este derrotero histórico, también es conocido por todos, a través de medios de prensa y a través de documentos oficiales que el grupo armado del VRAE dirigido por los Quispe Palomino (el camarada José) tiene también origen en la fracción Proseguir. José cuenta su historia en documentos publicados de la renombrada organización Militarizado Partido Comunista del Perú; ahí señala su ruptura con Feliciano inicialmente, prosigue con las mismas denuncias que haría Feliciano, que con Gonzalo hubo terrorismo, ataque a los campesinos, dogmatismo, para finalmente pedir el fusilamiento de Gonzalo. ¿Acaso no merecen todos estos hechos un balance científico y un deslinde basado en el análisis exhaustivo del surgimiento de estas líneas?

Ciertamente hay otros niveles más para desarrollar este balance y tienen que hacerse desde el punto de vista del proletariado y del materialismo dialéctico porque la Revolución peruana es una de las mayores experiencias revolucionarias de la década de los 80 y sus lecciones alumbran inevitablemente el trabajo revolucionario de nuestros tiempos.

Las tareas en Bolivia

En Bolivia la clase obrera y los pobres enfrentan una situación crítica. Gran cantidad de despidos y otra de empobrecidos en los distintos sectores, en particular pobres, están tratando de recuperar su economía venida a menos y se organizan para recuperar los derechos perdidos. La gestión de Luis Arce que prometía reactivar la economía está mostrando sus límites en la gestión de la pandemia con gran ineficacia.

A pesar de esto el presentarse como un gobierno de izquierda, de los pobres y haber “derrotado a la derecha en las urnas” tiene adormecida a una buena parte de los sectores populares, además que esta gestión descarga todos los males actuales en la gestión anterior, algo que poco a poco queda corto e insostenible.

Los sectores revolucionarios y el movimiento popular tienen nuevamente la tarea de reorganizarse y emprender la lucha clasista y para ello, plantear la independencia de clase en el movimiento popular es un punto de partida necesario, porque el MAS, a través de sus dirigentes prebendalizados ha sabido cooptar y adormecer la lucha de los sectores. Sin embargo, la lucha contra Evo Morales ha mostrado que es posible quitarse la camisa de fuerza del MAS, que su discurso está gastado y que más temprano que tarde el movimiento popular reemprenderá su lucha contra las políticas reaccionarias del gobierno. Es importante remarcar que una parte del movimiento popular y de la clase obrera fue parte de echar del gobierno a Evo Morales, pero, así como necesitamos independencia de clase de la imposición del MAS también es necesario tenerla de los sectores conservadores que, en su momento, mostraron su capacidad para montarse en la lucha de los explotados y tomar la dirección temporal del gobierno.

Para los revolucionarios en Bolivia se impone de igual forma el balance científico que permita mostrar el camino de la lucha, pero este camino no puede hacerse al margen de la lucha de clases, sino en medio de este, a la vez que se participa del mismo y a la vez que se construye simultáneamente lo orgánico en medio de la lucha de dos líneas, siguiendo este principio de construcción que el PCP, siguiendo a los maestros del proletariado, sintetizó en su propio proceso de construcción en la década de la Guerra Popular y que hoy es una gran enseñanza para los revolucionarios del mundo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s