
Foto: Euronews. Imágenes de enfrentamiento con fuegos artificiales entre los partidarios del paro y quienes, en el mismo Santa Cruz, están en contra.
Persiste una tensa calma a 14 días de paro cívico en la ciudad de Santa Cruz y sus provincias. Algunos conatos de enfrentamiento, muchos puntos de bloqueo, contrabloqueos y marchas en contra del paro pidiendo trabajar. Hay mucha gritería sobre las medidas y mucha desinformación como suele suceder en un momento tan polarizado.
El paro cívico lo protagoniza el comité cívico de Santa Cruz, una institución que representa a la clase dominante local, las federaciones de empresarios privados y organizaciones ciudadanas de la «sociedad cruceña». La narrativa oficialista local presenta una «sociedad unida» históricamente donde no hay diferencias de clase ni de ningún otro tipo, todo se resuelve en un gran cabildo bajo la decisión de la mayoría de la ciudadanía.
Omitimos utilizar el término «pueblo cruceño» asociado al comité por razones más que obvias, porque sus intereses y el discurso construido en torno a la visión de desarrollo de Santa Cruz es sin duda la versión y la visión de los patrones, esos patrones que financian al comité y a todas las instituciones de este tipo, los que financian la construcción de la opinión pública diaria, los que hacen caridad, los que invierten en la «academia» por supuesto fundamentalmente en las ramas de la administración, el agronegocio, las inversiones, es decir, participan activamente en la reproducción de clase para dirigir los destinos económicos (y políticos) del departamento.
Y no es que el «comité» no tenga base popular en los momentos de conflicto, la tiene, claro que sí, el fascismo históricamente en el mundo lo ha tenido, y el «comité» (que por momentos muestra rasgos fascistoides y en otros rasgos demo liberales) no es la excepción. Ha tenido «la virtud» de imponer su narrativa en todos los sectores de la sociedad local, incluso en los trabajadores, en sus dirigentes, hoy venidos muy a menos y extraviados políticamente sin poder actuar con independencia política. Aunque nadie le da tribuna a los sindicatos (a menos que tenga el apoyo del gobierno, de lo que ya hablaremos) y no forman parte del prestigioso «comité», sus pronunciamientos no van más allá de una limitadísima visión tradeunionista. En este conflicto los fabriles se han pronunciado contra el gobierno condenando la «política antiobrera» anunciada por algunos funcionarios estatales que propone nacionalizar las empresas privadas en Santa Cruz, los fabriles se oponen a cualquier tipo de nacionalización de empresas locales, estatales o !transnacionales!, asumen la defensa de los patrones como la !defensa de sus fuentes de trabajo! No está lejos el recuerdo del 2019 donde la dirigencia de la Central Obrera Departamental de Santa Cruz era posesionada por la fascista Unión Juvenil Cruceñista, a ese colmo llegó la dirigencia obrera cruceña sometida al «comité» con dirigentes que no vale la pena ni recordar el nombre.
El paro es masivo, particularmente en los sectores centrales de la ciudad, pero por momentos es relajado, desde el principio fue un paro con ciertos permisos, sobre todo para los alimentos donde no se discrimina, (de lo que a nadie le gusta hablar) es decir, no es que se facilite a los pobres, a los comerciantes de menudeo para que provean alimentos y estos puedan sostener una economía informal del día a día, no, los permisos incluyen a los grandes distribuidores y a las cadenas de supermercados, no hay que ser un gran matemático para ver quien es el que más gana con la sacrificada medida cruceña.
Aunque es claramente contradictorio que se hable de un gran paro cruceño y se resalte el heroísmo de los que están en los puntos de bloqueo, cosa que se hace a todo nivel incluido la «prensa oficial departamental», mientras se propaga enormemente las filas en los surtidores de combustible porque no tienen abastecimiento, es decir, no hay gasolina. Para qué quieren gasolina los que asumieron la medida del paro cívico, no están todos parando? una mirada por los surtidores de la ciudad da una muestra de quiénes hacen largas filas en los surtidores, hay mucha gente con un bidón en la mano que busca comprar gasolina aunque la gasolina no sirve para cocinar, por supuesto están los conductores motoqueros (los que hacen servicio de transporte en moto), se puede entender que están tratando de sobrevivir haciendo un servicio de transporte, también cierta cantidad de taxis, un tanto problemático porque en teoría no hay transporte pero son personas que viven del día a día y se puede entender, hasta ahí puede pasar, pero no podemos decir lo mismo de una gran cantidad de autos que no son precisamente pobres, son los que se ve en las puertas de los bancos o en las puertas del supermercado, incluso algunos con vagonetas 4×4, motos de carretera para competición.
El paro es masivo, es cierto, pero los bancos trabajan, no solo operaciones de caja, para eso están los cajeros o quizá un cajero de emergencia, no, los bancos hacen todas sus operaciones y todos trabajan. En Santa Cruz nadie dice una palabra de esto, menos fuera del departamento. Al 5to o 6to día de paro los dirigentes del autotransporte molestos fueron a bloquear el parque industrial con la consigna de «si vamos a parar, paramos todos», nos dimos con la sorpresa de que los empresarios sí estaban trabajando. Aunque analizando con tranquilidad y siendo acuciosos eso es algo que se sabía; para quienes se mueven entre el pueblo, muchos trabajadores dijeron que sus jefes les habían dicho que iban a trabajar nomás, que no hay que poner en peligro el centro de trabajo y eso se corrobora ahora en pleno paro, sabemos con certeza que hay empresas grandes fuera del parque industrial que ahora mismo están trabajando y no han parado desde el inicio del paro, algunos trabajadores refieren que el llamado a trabajar se hace con chantajes de despido. Entonces los bancos, los empresarios, los grandes distribuidores de alimentos, pollo, carne, alimentos procesados, estaban trabajando y particularmente los grandes distribuidores de alimentos tienen permiso explícito y público del comité cívico.

Foto: Money Bolivia. Personas de diversa condición buscando gasolina en el paro cívico.
Durante el paro cívico del 2019 los distribuidores de alimentos funcionaron así con la aprobación abierta del comité cuando Fernando Camacho era su dirigente principal; es importante precisar que en ese año al inicio del paro el comité dijo que para abastecerse de alimentos autorizaba la apertura de los supermercados, solo después de reclamos que revelaban que se estaba beneficiando escandalosamente a las grandes empresas se permitió que los mercados de abastos, donde se vende al detalle, fueran abiertos, fue a exigencia del sector, de los pequeños productores de las áreas rurales, que se abrió horas de paso a los mercados. Es obvio esto porque el comité inicialmente pensaba favorecer a su sector de clase y la presión hizo que se abrieran los mercados para la gente pobre.
En este paro cívico pasa algo similar, si bien ya no se puede obviar a los mercados de detalle, los grandes distribuidores de alimentos y carnes para supermercados hacen distribución y para zonas comerciales como La Ramada las grandes empresas importadoras de alimento procesado están llevando sus camiones y distribuyendo en gran cantidad, aunque se deja transitar a pequeños productores de verduras, está claro quien tiene la ventaja en este paro.
Pero más aún, como reacción a la medida dispuesta por los cívicos el gobierno y los movimientos que maneja tomaron como reacción bloquear puntos de entrada y salida al departamento y el gobierno lanzó un decreto, que más adelante revocó, que prohibía temporalmente, mientras dure el paro, la exportación de algunos productos de la agroindustria. Ante esta medida los agroindustriales pusieron el grito al cielo, porque se les estaba obstruyendo el trabajo, es decir, la agroindustria exportadora tampoco está acatando el paro cívico departamental, como siempre, los grandes empresarios no pierden, a pesar de ser ellos quienes sostienen al comité y a través de sus directivos haber instado a la población a acatar el paro resuelto por el cabildo. Está claro que cuando se pide sacrificio, solo los sectores populares tienen que poner el cuerpo.
El paro masivo es para unos pero no para todos, el paro cívico no implica que los grandes empresarios paren, los que hacen el sacrificio son los pequeños, los pobres, los que finalmente tienen que ganarse la vida como sea durante la medida, no haciendo lo que siempre hacen o trabajando en lo que siempre trabajan, tienen que adaptarse, conseguir el ingreso del día buscando una oportunidad, lo que es visto por muchos como que la gente es «emprendedora» mientras se esconde el carácter de clase que tiene la medida, nadie va a imaginar a los grandes empresarios «haciendo malabares» a la manera emprendedora en este paro, eso es para los pobres, ellos han seguido trabajando con la anuencia del comité (y de los movilizados) y de vez en cuando han sacado su carpa con mesas y sillas en su calle para decir «presente» en el paro, tomarse foto con su bandera y luego meterse a sus casas a comer churrasco y tomar cerveza, hablando de la bravura del pueblo cruceño.






Las protestas se clasifican entre los que piden Censo y los que piden trabajar, aunque en el fondo nadie se ha mostrado en contra del Censo, porque los que piden trabajo están de acuerdo con el censo el 2024
A diferencia de la enorme gritería que despertó en los políticos de Santa Cruz y del resto del país cuando se tocó el talón de Aquiles de la agroindustria (con el contrabloqueo o el impedimento de exportación) diciendo que el gobierno atentaba contra la economía del país, que había un bloqueo brutal a Santa Cruz, bloqueo criminal y genocida, que se está desabasteciendo de gasolina a la ciudad (gasolina para qué? para que salgan a pasear los autos de los que se aburren en sus casas?) ninguno de estos dirigentes o políticos ha dicho nada de los que están enfrentando el paro en condiciones difíciles o tratando de ganarse el sustento diario como pueden. Ninguno de estos políticos se ha preocupado precisamente de este sector, incluso cuando muchos de ellos apoyan el paro y no tienen la capacidad crítica para cuestionar el por qué los grandes empresarios, importadores y bancos están trabajando mientras ellos están soportando el paro, el dominio ideológico es muy fuerte como para darse cuenta de ello; pero no es solo eso, sino que quienes sí protestan, quienes están guiados por el gobierno o los que no responden a ninguno de estos dos sectores (comité y gobierno), que los hay, no reciben ninguna atención de parte de la opinión pública ni de los políticos que se alinearon al conservador comité cívico, a éstos se los estigmatiza rápidamente con el epíteto de masistas; fácil calificativo que inmediatamente anula la capacidad de razonar y de hacerse las preguntas serias e incómodas sobre lo que está pasando con la conducción del comité cívico.
En el plano del discurso se habla del pueblo cruceño como que todos han asumido la medida, pero los sectores que se animaron a reclamar el derecho a trabajar no son cruceños, a pesar de haber nacido en Santa Cruz, de ser segunda o tercera generación de los migrantes iniciales, no, ellos no son cruceños son masistas, ellos son los malagradecidos, los que han traicionado a la tierra que les ha dado de comer; de esta manera se construye el dominio ideológico diario desde las entrañas oscuras del comité, pasando por su conspicuos y mediocres intelectuales de mercado. En cada punto de bloqueo se repite la cháchara de que si no vas a apoyar la lucha de Santa Cruz vete de esta tierra, ese asqueroso chovinismo regional que trata a los migrantes como extranjeros es lo que producen las neuronas conservadoras enfeudadas del comité cívico, en los momentos de lucha siempre sale a relucir la mentalidad patronal, fascistoide, nacionalchovinista que es la forma en que se ha construido la visión cruceña desde las instituciones de la clase dominante local, visión que pretende mantener cierta pureza del cruceño y niega permanentemente a los migrantes collas que han nacido nacido en Santa Cruz su ciudadanía regional; claro que hay momentos en que el comité muestra una cara demoliberal, donde tratan de mostrarse como respetuosos de la legalidad y con una visión de ciudadanía moderna, eso se acaba cuando un sector cuestiona las decisiones del poder local, la disidencia es señalada inmediatamente con el tufillo maloliente de nosotros mandamos en nuestra tierra, no importa si el que cuestiona ya no es migrante. Incluso ese discurso se aplica a los grupos indígenas que han tomado una dirección diferente a la de los comités cívicos, como el caso de los ayoreos que nadie duda que son de estas tierras. Ellos bloquearon en la ciudad de Concepción porque no tenían qué comer y fueron tratados como delincuentes y drogadictos y los amenazaron con echarlos del pueblo, de «su» pueblo.
Paradoja inverosímil que los indígenas sean echados de sus tierras ancestrales por los nuevos gamonalillos aduciendo que esas son «sus» tierras, y el caso ayoreo, al que han estigmatizado como delincuente, vago y drogadicto, no es una excepción en esta lucha. En las provincias de Santa Cruz hay varios grupos indígenas que se han desmarcado de la estructura propietaria de los gamonalillos agrupados en los comités cívicos, y han organizado autonomías indígenas que, por otro lado, el «gobierno indígena» del MAS no reconoce, pero este camino tomado por ellos difiere de los intereses de los patrones y se han desmarcado de sus paros cívicos, por lo tanto también han sido calificados de malagradecidos, pagados por el masismo. No hace mucho llamaban a los indígenas amazónicos «nuestros indígenas» para diferenciarlos de los migrantes andinos que en busca de tierras y también por maniobras del gobierno se asentaban en las tierras orientales.
En todo esto está el componente religioso muy propio en estas conformaciones sociales de mentalidad patronal regional que funciona como ente de legitimación de todas sus acciones. Este es un elemento nada despreciable y muy movilizador, especialmente en estos últimos años ha adquirido especial relevancia, y no es que antes no la tenía solo que se ha profundizado. Santa Cruz ha tenido a Fernando Camacho como uno de sus líderes importantes en estos años, y este señor suele combinar el discurso político con el predicamento cristiano en cada concentración que se realiza, el mensaje viene de manera vertical del dirigente Camacho, el político, el empresario, hacia el «pueblo cruceño». Si de evocar se trata, nos evoca a las épocas donde el patrón tenía en sus haciendas al peón empatronado donde se impartía la educación y la religión, ese mismo esquema funciona hoy y se trata de un rasgo distintivo de la lucha cruceña.
Todo ese cuento de la libertad y la democracia de la que hablan los dirigentes cruceños y replican otros políticos fuera del departamento, que repiten otras organizaciones cívicas en el país o comités de defensa de la democracia, muchos de los cuales son auténticas costras sin seguidores, no tiene correspondencia en los hechos, se busca el liberalismo en la reproducción económica, en el manejo empresarial, pero en la concepción de ciudadanía y derechos ciudadanos los valores son conservadores, típico de los movimientos ultrareaccionarios y fascistas como los de Trump y Bolsonaro por poner algunos ejemplos.
El manejo del gobierno
El conflicto tiene múltiples contradicciones como todo proceso complejo, y el gobierno juega también un papel principal. Enorme es su responsabilidad en el conflicto pues su ineficacia, inoperancia y cálculo político despertó las suspicacias sobre la realización del Censo de Población y Vivienda programado para este mes.
Desde principios de año algunas instituciones como la Universidad cruceña habían puesto el ojo sobre los preparativos para el censo exigiendo que se de información. El Instituto Nacional de Estadística (INE) en ese tiempo garantizó la realización del mismo. Con mucha soberbia los responsables del INE respondían a la prensa y a los interpeladores que todo estaba garantizado y que el censo se llevaría adelante sin retraso, que todas las fases preliminares se habían realizado y que no había lugar para el reclamo. Sin embargo, faltando dos meses para la fecha el gobierno anunció la postergación del censo para el año 2024 sin mayor explicación. Ahora está claro que el ineficiente INE no ha realizado su trabajo y ha generado toda una serie de suspicacias en la población.
La gestión del INE, así como otras instituciones del gobierno, se ha caracterizado por no poner la información a disposición de la ciudadanía, ese es un rasgo característico de la gestión del MAS desde la época de Evo Morales, el acceso a la información es restringido y la que usan las instituciones independientes del gobierno para los diferentes estudios económicos, demográficos, etc. muchas veces se tiene que deducir de lo que publica el INE para las cuestiones de su interés. Con este tipo de gestión resulta lógico que la suspicacia tenga sustento y que sirva de refuerzo a las versiones de que el gobierno prepara un fraude en las próximas elecciones generales.
Sin embargo hay otras cuestiones elementales que la oposición ha sabido explotar, y son cuestiones básicas que en tiempos normales cualquier persona involucrada en la reproducción del sistema defendería, un censo que actualice los datos demográficos en todos sus niveles, que son de interés para las distintas instancias gubernamentales e instituciones del Estado, hablamos de municipios, gobernaciones, entidades educativas, etc. se entiende que cifras claras permitirían una distribución de recursos adecuados para las necesidades poblacionales como escuelas, hospitales e infraestructura y políticas necesarias para la vida de la población. Por supuesto que esto en la vida real no funciona así, cada presupuesto ganado, cada obra conseguida va presidida de la lucha de los barrios, de los vecinos, de las poblaciones locales, para que sus administradores puedan cumplir las promesas cuando fueron candidatos, los pueblos tienen que luchar por escuelas, por hospitales y en esa demanda no enfrentan solo al Estado sino a sus autoridades locales, el pueblo tiene que luchar además contra la corrupción de las mismas autoridades que prometen esas obras, porque con toda certeza van a meter mano a esos recursos públicos, hasta ahora no ha habido ni una sola gestión que no se haya salpicado con la corrupción, no ha habido administración que no se beneficie de los fondos públicos, que no favorezca a los suyos en cuestión de prebendas personales, familiares o empresariales, padrinazgos, compadrazgos, relaciones clientelares, favores políticos, así que vender el derecho al censo como desarrollo del país es pura ilusión peor aún cuando se dice que con el censo el departamento de Santa Cruz va a tener más diputados y senadores, de qué le sirve al pueblo cruceño el aumento de parásitos en las entidades estatales!
En la esencia del viejo Estado boliviano y como mecanismo de su reproducción está la corrupción en todos sus niveles, desde los más escandalosos y fraudulentos hasta sus versiones más «legitimas», aquellas que se hacen para pagar facturas políticas consideradas como normales, es una cuestión intrínseca al sistema y no se un tema de buenos o malos funcionarios.
La respuesta del Estado al paro cívico ha sido concentrarse en los puntos que tiene fuerza, como el Plan 3000 y otras zonas, además de realizar bloqueos que cortan el ingreso y salida del departamento a los productos de los empresarios. Ha movilizado a algunos sectores en la ciudad que han protagonizado amagues de enfrentamiento en los primeros días.
Además ha movilizado a los sectores campesinos de las regiones, hasta ahora con más ruido que realidad. Lo más fuerte son las amenazas de las regiones de Yapacaní y la marcha de campesinos de San Julián y 4 Cañadas que aún no llegan a la ciudad. Es cierto que el gobierno provee el respaldo a éstas con la policía que en muchos casos son los que realizan la represión contra los puntos de bloqueo en favor del paro cívico. El gobierno falsamente dice que le preocupa la situación de los que no tienen y para comer, moviliza a sus bases con cálculo político porque esta lucha se ha convertido en una pulseta política entre gobierno y oposición.
El gobierno también trata a los movilizados como masas sin criterio que en el desarrollo de la lucha lleva a enfrentar masa contra masa, su «dirección política» que alienta el desborde ciego alimenta ese discurso reaccionario de que los que marchan son hordas, son paramilitares, son tropa de choque, cuando son personas que no soportan el bloqueo y tienen necesidades pero salen bajo la dirección del MAS quien las lleva a un callejón a veces sin salida y algunas veces a un desborde en el que ciertamente resultan afectadas personas que no son parte del conflicto como el que han sufrido algunos periodistas.
El gobierno a través de su fuerza policial también actúa indiscriminadamente al detener a manifestantes de los que apoyan el paro cívico, esa es una práctica habitual y lo ha hecho contra otros movimientos en otras partes del país, detiene arbitrariamente, mientras se camufla detrás de la población que ha movilizado el gobierno. En algún momento el gobierno ha movido bases cuando se estaba preparando las negociaciones y las ha hecho fracasar, curiosamente los defensores del paro cívico han hecho lo mismo, de manera deliberada o consciente ambos actúan con mucho cálculo político, porque, en cierta forma se han metido en una pelea política que les ha venido casi sin aviso.
La lucha política y los enfrentamientos reales
Los señales precedentes al paro cívico indican que ni el gobierno ni la oposición cruceña deseaban poner a prueba sus fuerzas, el gobierno viene con una pugna interna que pone de manifiesto la existencia de discrepancias internas a nivel de líneas entre seguidores de Evo Morales y otro sector que no quiere que vuelva a tomar protagonismo ese grupo que en las acciones del 2019 salieron del país y abandonaron a sus bases en los enfrentamientos políticos, hay quienes sostienen que la cabeza de esta línea contraria a Evo Morales es David Choquehuanca, pero el ex Canciller y hoy vicepresidente parece más una figura decorativa que la cabeza de una línea política al interior del MAS, Choquehuanca demuestra permanentemente que anda divorciado de la realidad en el mejor de los casos.
Por su parte las señales del comité cívico eran claras, no querían un paro cívico, en sus reuniones han dilatado la promoción de tal medida, incluso la última resolución del comité cívico fue pedir sugerencias a la población sobre qué medidas alternativas al paro tomar en caso de que el gobierno no cumpla su pedido de realización del censo en el 2023 (que ha sido la propuesta hecha por la Universidad cruceña). Ha sido el cabildo que en cierta forma los ha llevado a asumir la medida, y en un principio con grandes discurso de los comités provinciales que anunciaron «bloqueos en todas las provincias». Sin embargo, la situación de la gente no es la mejor, especialmente el sector informal comercial que está viniendo de una baja en los ingresos desde principios de año. Hay una queja permanente en los distintos sectores de la economía, en particular los sectores populares porque hay un parón del movimiento económico, porque se siente de manera indirecta los problemas de la crisis internacional, y aunque el gobierno ha dicho que hubo buen crecimiento en las cifras de producción, nosotros sabemos que las cifras macroeconómicas muchas veces ocultan las realidades particulares de los sectores, sobre todos los más pobres.
En ese panorama un paro cívico es muy complicado para la gente, incluso para los que sostienen el paro cívico convencidos de que el censo traerá progreso, en muchos casos se sostienen por el sentimiento antimasista que día a día ha inculcado el comité y día a día genera el propio gobierno con sus acciones contra la población.
Como hemos dicho el paro es masivo pero relajado, un buen sector de la población apoya el paro cívico, pero están también los sectores que se oponen, entre los que hay los seguidores del MAS y quienes no lo son, porque los hay, son pocos pero no son del MAS ni quieren al comité cívico, ven que esto como una pelea política.
Se puede ver también en la extracción de clase quienes ocupan uno y otro lugar en el conflicto, los militantes del MAS o los que han marchado pidiendo trabajo no son hordas, son comerciantes, trabajadores de base, o son campesinos, son de Santa Cruz, no son venidos de otros departamentos o acarreados. Tampoco son paramilitares y la cantidad de enfrentamientos no tiene nada que ver con lo que promueve el comité y la irresponsable gritería histérica de los que opinan desde fuera. Los primeros días solo hubo amagos de enfrentamiento en el Plan 3000 entre apoyadores del MAS en la rotonda y vecinos que se instalaron cerca de ese sector, dos días después no se ha tenido más noticias de una zona donde normalmente en otros paros se enfrentaban a pedradas.
También en los primeros días hubo marchas de funcionarios del MAS para levantar los bloqueos, cosa que suele hacerse comúnmente, pasada la marcha desbloqueadora los vecinos salen en la tarde y nuevamente colocan su punto de bloqueo, en esos primeros días fueron afectadas algunas personas incluido periodistas de Gigavisión. Hubo otros amagues de enfrentamiento cuando los campesinos de La Guardia bloquearon los ingresos al departamento, pero en la ciudad, pues todos son de la ciudad, La Guardia pertenece a la zona metropolitana de Santa Cruz, no hubo mayores enfrentamientos. El más grave fue el de La Guardia hace un par de días cuando se enfrentaron los campesinos y los miembros de la Unión Juvenil Cruceñista así como miembros de la barra de Oriente Petrolero y jóvenes del lugar. La prensa local expone vecinos contra hordas masistas, para negar que el comité también está organizado y tiene sus grupos de resistencia, no les gusta que los campesinos se organicen y ocultan el hecho de que el comité también está organizado, lo que buscan es presentar a desarmados vecinos versus masas ignorantes armadas por el gobierno.
La visión interesada de alguna gente que opina por fuera arma un escándalo tremendo de «invasión a Santa Cruz», «Guerra civil» absurdos como el que ni en Ucrania se ha visto semejante salvajada. Esa gritería estúpida está fuera de la realidad, a Santa Cruz, después del Cabildo que hizo el MAS cuando trajo gente de otros departamentos y luego se fueron, no ha llegado nadie, los que marchan contra el paro son también gente de Santa Cruz, lo que pasa es que para el discurso facho y racista esos no son de aquí, son extraños.
Lo mismo podría decirse de la marcha que viene de San Julián y 4 Cañadas, que no han llegado todavía a Santa Cruz y que ha protagonizado algunos enfrentamientos, en donde más bien han perdido la pelea si se puede decir así, porque los apoyadores del paro cívico los han hecho retroceder varias veces. Pero ellos igualmente son de Santa Cruz, las provincias estas están en Santa Cruz, o solo los comités cívicos provinciales que vienen al cabildo si pueden venir a organizar la protesta y tienen capacidad de decisión mientras que los campesinos que discrepan de los patrones y que por ahora está manejados por el MAS no lo tienen. A ellos les han dicho que pueden protestar en sus regiones, pero que no pueden venir a Santa Cruz a protestar (por supuesto que el comité dice que no pueden venir a atacar a Santa Cruz).
Sin embargo en esta ocasión se trata más de una pose del gobierno y no otra cosa, no hay cuando llegue la dichosa marcha a Santa Cruz para despecho de la militancia del MAS en la ciudad, que está esperando la llegada de sus hermanos campesinos, creen realmente que llegarán a apoyar la protesta contra el paro, lo que no saben es que esas marchas junto con las amenazas que se han lanzado desde otros departamentos como La Paz y Cochabamba, son fundamentalmente presiones para condicionar las negociaciones y conseguir una mejor posición en la correlación de fuerzas a la hora de tomar decisiones. Aquí no hablamos de diálogo en abstracto porque toda esa superchería de la pequeña burguesía de que el diálogo soluciona todo y resuelve en paz los conflictos sociales no es una realidad. Lo que es real es que las fuerzas en conflicto tienen que desplegar sus fuerzas en el campo de operaciones y en algún momento llegar a la mesa de negociaciones y ahí impondrá condiciones quien tenga más fuerza, no en la razón ni en la verdad y mucho menos en la defensa de los intereses del pueblo, sino en lo que puede mover, en la cantidad de pueblo que puede arrastrar para sus intereses.
El gobierno está en la necesidad de salir fortalecido, en particular el presidente Luis Arce quien ya ha sido acusado de tibio ante la arremetida de la oposición y le exigen mano dura. Por otro lado Fernando Camacho venía con muchas críticas a su gestión, antes del paro cívico incluso lo acusaron de cobarde en Santa Cruz por no ir a defender el censo en las reuniones de La Paz, hay quienes lo llamaron cadáver político, el conflicto lo ha fortalecido nuevamente y saben que si no muestran fuerza política no solo van a enfrentar la impopularidad de la población cruceña sino van a enfrentar la persecución judicial que el gobierno impone muchas veces arbitrariamente contra dirigentes de la oposición.
Construir el campo popular
El pueblo cruceño, en particular el mas consciente necesita organizar sus luchas primero en defensa de sus intereses con independencia de clase, independencia del comité cívico pero también independencia del gobierno. Aunque parece difícil porque el discurso de la clase dominante local es abarcadora y se promueve con mucha fuerza, los progresistas y demócratas comprometidos con los sectores populares tienen que contribuir en la construcción de una propuesta que rompa la hegemonía del discurso y actual político patronal del comité, lo mismo de la tutela calculadora del gobierno, que trafica y engorda con las luchas de los pobres. La dirigencia de la COB orgánica está en manos del MAS, pero está bajo la dirección de la aristocracia obrera, de los aburguesados trabajadores petroleros que transitan entre las candidaturas políticas y la dirigencia sindical pero asegurados con enormes sueldos que ningún trabajador de base puede soñar. Esa dirigencia funcional al MAS suele repetirse en el resto de los departamentos, pero en Santa Cruz particularmente aglutina a sectores migrantes y muy pobres porque estos enfrentan día a día la rancia política conservadora de la clase dominante local. Es cierto que no es un bloque monolítico, hay voces discrepantes pero esta lucha dentro de la clase dominante local es entre visiones conservadoras y más demoliberales, en todo caso ninguna le sirve realmente al pueblo.