Censo en Bolivia: tensa calma

Foto: Euronews. Imágenes de enfrentamiento con fuegos artificiales entre los partidarios del paro y quienes, en el mismo Santa Cruz, están en contra.

Persiste una tensa calma a 14 días de paro cívico en la ciudad de Santa Cruz y sus provincias. Algunos conatos de enfrentamiento, muchos puntos de bloqueo, contrabloqueos y marchas en contra del paro pidiendo trabajar. Hay mucha gritería sobre las medidas y mucha desinformación como suele suceder en un momento tan polarizado.

El paro cívico lo protagoniza el comité cívico de Santa Cruz, una institución que representa a la clase dominante local, las federaciones de empresarios privados y organizaciones ciudadanas de la «sociedad cruceña». La narrativa oficialista local presenta una «sociedad unida» históricamente donde no hay diferencias de clase ni de ningún otro tipo, todo se resuelve en un gran cabildo bajo la decisión de la mayoría de la ciudadanía.

Omitimos utilizar el término «pueblo cruceño» asociado al comité por razones más que obvias, porque sus intereses y el discurso construido en torno a la visión de desarrollo de Santa Cruz es sin duda la versión y la visión de los patrones, esos patrones que financian al comité y a todas las instituciones de este tipo, los que financian la construcción de la opinión pública diaria, los que hacen caridad, los que invierten en la «academia» por supuesto fundamentalmente en las ramas de la administración, el agronegocio, las inversiones, es decir, participan activamente en la reproducción de clase para dirigir los destinos económicos (y políticos) del departamento.

Y no es que el «comité» no tenga base popular en los momentos de conflicto, la tiene, claro que sí, el fascismo históricamente en el mundo lo ha tenido, y el «comité» (que por momentos muestra rasgos fascistoides y en otros rasgos demo liberales) no es la excepción. Ha tenido «la virtud» de imponer su narrativa en todos los sectores de la sociedad local, incluso en los trabajadores, en sus dirigentes, hoy venidos muy a menos y extraviados políticamente sin poder actuar con independencia política. Aunque nadie le da tribuna a los sindicatos (a menos que tenga el apoyo del gobierno, de lo que ya hablaremos) y no forman parte del prestigioso «comité», sus pronunciamientos no van más allá de una limitadísima visión tradeunionista. En este conflicto los fabriles se han pronunciado contra el gobierno condenando la «política antiobrera» anunciada por algunos funcionarios estatales que propone nacionalizar las empresas privadas en Santa Cruz, los fabriles se oponen a cualquier tipo de nacionalización de empresas locales, estatales o !transnacionales!, asumen la defensa de los patrones como la !defensa de sus fuentes de trabajo! No está lejos el recuerdo del 2019 donde la dirigencia de la Central Obrera Departamental de Santa Cruz era posesionada por la fascista Unión Juvenil Cruceñista, a ese colmo llegó la dirigencia obrera cruceña sometida al «comité» con dirigentes que no vale la pena ni recordar el nombre.

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