Saber que existen trabajadores bolivianos en condiciones de servidumbre en las ciudades de Buenos Aires y Sao Paulo ya no impresiona a nadie, sólo cuando aparecen muertes producto de esas condiciones la sociedad se muestra indignada.
El sistema económico les exprime toda la fuerza para producir mercancía barata para las grandes empresas nacionales y extranjeras que se enriquecen increíblemente mientras los encargados del manejo político y legal se hacen de la vista gorda.
Las cifras de la cantidad de gente que vive en este circuito de explotación son variables, desde 80 mil hasta 200 mil en Brasil, en Argentina se sabe que los migrantes son un millón y la mayoría empieza trabajando en esas condiciones. Aunque no se sabe cuanta gente sufre esta explotación, lo que sí se sabe es como funciona el sistema.
A través de avisos en la radio y “agencias de empleo” se engancha a la gente, se ofrece un trabajo en dólares (200 a 300) en Brasil o Argentina y garantizan llevarlos hasta su destino sin necesidad de tener el dinero para el transporte. Pero este costeo de los pasajes y alimentos funciona como un endeudamiento que tiene que ser devuelto una vez que la persona llega a su destino de trabajo. De esta manera la deuda contraída es el primer elemento de retención.
La situación de indocumentación refuerza los lazos de dependencia con los patrones, incluso si alguien porta algún documento, éste es inmediatamente retenido por el contratista para evitar que los trabajadores busquen otras opciones de trabajo. Sigue leyendo