El Estado terrateniente burocrático, hoy llamado plurinacional, no tiene capacidad de solucionar las demandas de los sectores sociales ni resolver los problemas estructurales que sufre el pueblo boliviano, solo puede postergar los conflictos a través de promesas y paliativos temporales, de la misma manera actúan las reformas que impulsa el gobierno de Evo Morales, en su sentido general, como placebos a las enfermedades históricas del pueblo.
Por su parte, los sectores sociales llevan a cabo luchas sectoriales y particulares que no pueden articularse en un grado de unidad suficiente que les permita defender sus derechos o arrancar nuevos. A pesar de la combatividad y radicalidad que existe en cada uno de los enfrentamientos con las fuerzas represivas del Estado, el movimiento popular no puede superar el marco del espontaneísmo debido a que carece de una dirección clasista y revolucionaria y se encuentra a merced de los embates del gobierno y una dirigencia oportunista. Sigue leyendo