
7/11/14
Pasó el proceso eleccionario y el viejo Estado renovó a sus administradores, estaba claro que el MAS no iba a tener problemas para ganar cómodamente la elección, pero hizo sus mayores esfuerzos para garantizar los dos tercios en la Asamblea legislativa, estos esfuerzos consistieron en la utilización de la prebenda, compra de candidatos, coacción política, amenazas, chantajes, control descarado del Tribunal Supremo Electoral, fraude y más relevante, alianzas con los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Aunque los opositores al régimen de Morales acusan a éste de autoritario y antidemocrático es bueno recordar que lo que hemos visto en este proceso es una reedición de las viejas formas políticas y prácticas de los partidos reaccionarios, de donde provienen muchos de los opositores. Se trata pues de la democracia burguesa que en realidad es una dictadura de clase que oprime al pueblo pero busca obtener su voto para legitimarse.
Como hemos señalado el objetivo principal del gobierno de Morales era garantizar la profundización de su programa de reestructuración estatal y para ello precisó de la participación más comprometida de los sectores dominantes y de los políticos conservadores que fungían de opositores. La justificación para establecer las alianzas ha sido desde el ridículo argumento de que el “proceso es inclusivo” hasta el reconocimiento explícito de la necesidad de inversión privada, por ello los militantes del MAS han reconocido que empresarios, industriales y banqueros han financiado su campaña, en particular en Santa Cruz, las muestras más claras son las relaciones cercanas de Evo Morales y García Linera con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia y con los terratenientes afiliados a la Cámara Agropecuaria del Oriente. Sigue leyendo