Imperialismo yanqui, el más grande criminal de nuestros tiempos

Evo fue a Rusia a concretar negocios con la Gazprom, es decir, con el imperialismo ruso, a su vuelta se vio bloqueado por el imperialismo euro-yanqui

Análisis y Opinión

08/07/2013

El reciente escándalo del bloqueo aéreo que hicieron los países europeos (Francia, Italia, España y Portugal) contra el vuelo de Evo Morales cuando se dirigía a Bolivia después de su participación en el encuentro energético en Moscú, ha puesto en relieve la naturaleza del imperialismo yanqui y europeo.

El imperialismo es un sistema mundial y son parte del mismo las potencias europeas que actúan en complicidad y servilismo con la superpotencia hegemónica, EEUU, no se trata, como lo han dicho los jerarcas del gobierno del Evo y alguna prensa reformista, de que Francia, Italia o España son simples colonias de los yanquis (tal vez Portugal podría encuadrar en ese concepto) y que por lo tanto deben liberarse del dominio yanqui, estos países son integrantes de la cadena imperialista, son también, en muchos casos potencias imperialistas que oprimen a los pueblos y contienden o concilian con otras potencias y en particular con los yanquis.

Caracterizar de colonia a estos países europeos corresponde a las ideas oportunistas que dicen que sólo existe un imperialismo que es el norteamericano, para justificar alianzas con los países europeos o con la potencia rusa o china (también imperialistas). Los reformistas quieren pasar su pose antiyanqui por una postura consecuentemente antiimperialista, algo que no es consistente.

En el caso del bloqueo aéreo, el imperialismo yanqui (coludido con sus compinches) le ha dado a Evo Morales un trato humillante y por supuesto, semejante trato, ha ofendido a muchas personas que se identifican o no con el presidente reformista. En esta ocasión la plana retrógrada europea, que suele hacer de segundona en los planes yanquis, se prestó a esta demostración de desprecio y arrogancia violando un sinnúmero de normas y convenios internacionales en cuestiones de navegación aérea y diplomacia de los países. El espacio aéreo europeo ha servido y sirve para las acciones criminales yanquis de secuestro y tortura a nombre de la lucha contra el terrorismo, y ahora también se presta a éstas burdas demostraciones de fuerza imperialista que tienen por objetivo enviar un mensaje al mundo que es EEUU quien pone las reglas en la política internacional y amenaza con cómo le puede ir a quien se inmiscuya en sus temas de seguridad interna.

Nuestro punto de vista es que no se trata de un ataque a Evo por su postura “antiimperialista”, EEUU golpeó un eslabón débil que cada vez se debate en medio de crisis  y escándalo interno, aunque todavía puede proyectar una imagen de izquierda hacia afuera.

De todas formas la agresión yanqui le ha dado a Evo Morales y su entorno un empujón mediático para representar mejor su papel de víctima. Sus partidarios (entre los que se encuentran los sindicatos cooptados y la gran cantidad de funcionarios estatales) han salido a hacer el recibimiento al “héroe” y han llamado a la población y los sectores populares a respaldar a Evo en manifestaciones callejeras. A pesar de que la indignación existe en mucha gente, no se ha visto grandes manifestaciones de apoyo, a excepción de las acciones de los militantes del MAS.

Y es que el pueblo boliviano no se deja engatusar fácilmente por las maniobras de Morales, el que la gente rechace las acciones del imperialismo, rechazo que hacemos nuestro, no les hace olvidar los escándalos de corrupción, el abuso de poder, la persecución a dirigentes sindicales, la criminalización de la lucha de los sectores contestatarios, los descuentos criminales a los trabajadores que usan la huelga, entre otras cosas, y todo esto sucede mientras Evo Morales, sus diputados y senadores decretan jugosos aumentos de sueldo insultando a la población.

Precisamente el día que Evo era bloqueado en Europa, salía a la luz las declaraciones de uno de los ex funcionarios del ministerio de gobierno, recluido en el penal Palmasola por el caso de la Red de Extorsión, Boris Villegas, detallando su actuación, bajo las órdenes del ex ministro Sacha Llorenti (el represor de indígenas) y el ministro Juan Ramón Quintana (denunciado por contrabando) en los planes de sacar al ex gobernador del Beni (opositor a Evo Morales) utilizando a miembros del poder judicial y haciendo acciones irregulares e ilegales. Y no es que nos preocupe la suerte de la oposición conservadora y nos escandalice que el gobierno tenga sometido al poder judicial, lo que pasa es que ese mismo tratamiento dio (y sigue dando) a los sectores populares que no han sido cooptados por el régimen del caudillo. Estos funcionarios de la red de extorsión justamente han estado presentes en varios casos de persecución política a dirigentes populares que han desafiado la camisa corporativa que le ha querido imponer el gobierno y han participado en los hechos de represión violenta, incluso con muerte, que el gobierno ha realizado a través de sus ministros de gobierno en dos casos emblemáticos: Caranavi y Chaparina.

El hecho de que el imperialismo yanqui trate a Evo como un ciudadano de quinta no lo convierte en héroe ni le quita sus responsabilidades por los actos de represión y muerte en los sectores populares, no le quita el hecho de aplique su dictadura de clase por medio de políticas fascistas corporativizando al movimiento popular y persiguiendo a dirigentes contestatarios, no se trata simplemente de un gobernante reformista bien intencionado, comprometido con el pueblo, como creen algunos y hasta cierto punto antiimperialista. El gobierno de Morales está plagado de un espíritu caudillesco y despótico, en su tratamiento al interior de su partido así como a los sectores populares que no se dejan manejar por éste. Su práctica política ha ido conciliando intereses con sectores conservadores e incluso abiertamente fascistas como la Unión Juvenil Cruceñista, su visión pragmática dentro del país lo está llevando a establecer alianzas con terratenientes y grandes empresarios, particularmente en la región amazónica y oriental del país (Pando, Beni y Santa Cruz) y en el ámbito internacional presenta una pose antiyanqui mientras coquetea con el imperialismo europeo, ruso, chino y japonés.

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