¡La juventud se levanta, la escoria tiembla!

Imagen tomada del periódico A Nova Democracia Nº 112 que muestra las fuertes manifestaciones del pueblo contra el gobierno de Dilma Roussef en Brasil

Por:  A Nova Democracia

El titular del periódico A Nova Democracia refleja la lucha del pueblo brasileño y la preocupación de los gobernantes al ver en peligro su estabilidad como gobierno, también muestra de manera clara la dura lucha de clases que hace tiempo se produce en dicho país y cómo todo ese cúmulo hizo explosión en esta última semana.

En otras notas editoriales, la «prensa progre» dice no comprender el por qué del levantamiento popular, los intelectuales y periodistas comprometidos con estos regímenes llamados progresistas deslizan la idea de la manipulación de la «derecha» y los intentos de golpe. Nosotros conocemos muy bien los intereses de los sectores más conservadores, no nos sorprenden, pero esto no oculta que el levantamiento del pueblo brasileño es contra la política aplicada por el gobierno de Lula y Dilma que no se ha distanciado de los dictados del Banco Mundial y el FMI.

Para quienes no entienden lo que pasa (o se hacen) y quienes no están al tanto de lo que diariamente ocurre en Brasil, aquí colocamos como muestra algunas de las consecuencias que sufre el pueblo con la política reaccionaria del gobierno brasileño.

1. Persecución y muerte de dirigentes campesinos en lucha por la tierra, en particular en la región de Rondonia donde actúa la Liga de Campesinos Pobres. En esta región el gobierno del PT (Lula/Dilma) ha actuado con especial fiereza en complicidad con los grandes terratenientes y sus bandas armadas, ya sea apoyándolas directamente o protegiéndolas en el poder judicial cubriendo los crímenes con un manto de impunidad. El movimiento campesino al contrario de recibir algo de justicia por la muerte de sus activistas y dirigentes viene siendo criminalizado y acusado de manera permanente de organizar una guerrilla para atacar la propiedad latifundista.

2. Los obreros que trabajan en las hidroeléctricas que construye el gobierno en sus proyectos millonarios son permanentemente expuestos a pésimas condiciones de trabajo, inclusive con muerte, y cuando éstos se organizan para reclamar sus derechos son perseguidos, encarcelados y desaparecidos. Esto sucede por ejemplo en la hidroeléctrica de Jirau. Los dirigentes de las centrales obreras, hoy ligadas al gobierno, actúan en contra de los sectores que luchan y los dejan a su suerte o pactan a favor de las grandes empresas constructoras. La lucha de los obreros de estas hidroeléctricas (Jirau y Santo Antonio) ha sido particularmente dura en los meses precedentes a las grandes movilizaciones.

3. Las poblaciones indígenas asentadas en los alrededores de las mega construcciones (las usinas hidroeléctricas) también han sido afectadas porque están siendo desplazadas de sus territorios en base a estafas donde muchos de estos proyectos obtienen del gobierno central autorizaciones irregulares (licencias ambientales) para poder operar en estos territorios. El enfrentamiento entre indígenas y la policía federal ha causado muchos muertos en la parte indígena, niños detenidos e incluso madres gestantes. Precisamente un mes antes del levantamiento de masas en las ciudades, los indígenas marchaban hacia Brasilia para hacer respetar sus territorios mientras que el jefe de la Secretaría General de la Presidencia de la República, Gilberto Carvalho, amenazaba a los indígenas que iban a tener guerra.

4. La apuesta del gobierno de Lula y Dilma por el agronegocio ha fortalecido la posición de los terratenientes en contra del movimiento campesino, la reforma agraria impulsada por el gobierno de Lula ha sido una farsa con todas sus letras, pero esto no queda ahí, porque el campesino que reclama tierras se enfrenta permanentemente con el poder terrateniente, y como este tiene el respaldo del gobierno del «partido de los trabajadores» usa a sus matones con confianza.

5. En las ciudades el gobierno ha implementado una política de despojo de viviendas en las favelas para «embellecer» las ciudades con miras a los próximos eventos deportivos (mundial de fútbol y olimpiadas). Muchas familias son despojadas de sus propiedades, a veces con pago y otras veces por la fuerza. El gobierno ha creado en este contexto una «policía pacificadora» que cada vez es denunciada por los moradores de estas favelas porque asesinan jóvenes con tremenda impunidad. La política del gobierno brasileño, incluso desde Lula, ha generado muchos muertos en las favelas, muchos de ellos no tienen nada que ver con los traficantes de droga que también (igual que la policía) extorsionan a obreros, estudiantes, pequeños comerciantes, migrantes campesinos, ambulantes, etc. que viven en esas favelas. El gobierno sin embargo trata a todos como traficantes de droga para justificar sus violentas intervenciones.

Estos son algunos de los problemas que enfrenta el pueblo brasileño (la lista es corta y no se habla de los gigantescos escándalos de corrupción protagonizado por el gobierno de Lula y Dilma),  explica un poco cómo el alza 0.20 centavos en el costo del transporte urbano ha podido levantar a toda una población, es que en realidad se trata de un cúmulo de problemas que desmiente ese discurso muy propagandizado de que en Brasil mucha gente salió de la pobreza y se incorporó a la clase media. Esas son puras mentiras.

Reproducimos la nota Editorial del periódico A Nova Democracia. La traducción es responsabilidad nuestra.

Análisis y Opinión

¡La juventud se levanta, la escoria tiembla!

A Nova Democracia (Nota Editorial)

Explosiones de la juventud en varias ciudades grandes de Brasil, 100 mil en Río, 80 mil en Sao Paulo, y ahora ya son centenas de millares en las capitales grandes y ciudades medias del país. Al principio contra los abusivos y permanentes aumentos de las tarifas del transporte público, destaparon una vez más un caldero lleno de motivos para la justa rebelión de las masas en Brasil.

Y ha sido así: bastó una gota para desbordar todo el odio contenido por incontables crímenes cometidos contra el pueblo por ese Estado genocida, que hace 12 años es presidido por el oportunismo del PT/PSB/PCdoB, apoyados en la escoria de la  politiquería y la corrupción.

Para la gente del pueblo es fácil comprender porque las protestas de centenas de millares ya no se dan apenas por 10, 15 o 20 centavos de los pasajes de transportes. Después del inicio, las demandas se ampliaron enormemente y expusieron las entrañas de la política electorera, de la usurpación de los derechos fundamentales, de la súper explotación de los trabajadores, los abusos de todo orden, la criminalización de la pobreza, de los movimientos populares y la matanza de pobres.

Toda la ofensiva lanzada por Lula y Dilma contra los campesinos que luchan por la tierra para adular al latifundio y apostar por el “agronegocio” como salvación de la economía no puede detener la lucha de los pobres del campo. Nadie más que ellos, que antes de engancharse en las altas esferas del viejo Estado prometían muchas cosas a los campesinos, son exactamente los que más represión y asesinatos han cometido contra líderes y masas en lucha. Y cuando no se trata de asesinatos cometidos por los propios agentes del Estado es la administración petista [referida al PT, Partido de los Trabajadores de Lula y Dilma. NdR] la que alienta y se colude con la libre acción de los bandos armados por el latifundio, a través de la cobarde criminalización que hace de la lucha por la tierra.

En las ciudades refuerza la brutalidad sistemática contra los pobres de las favelas y periferias con la militarización y la aplicación de un Estado de sitio no declarado a título de “política de pacificación” que humilla, roba, tortura y asesina a pobres.

Y tenía que ser un “gobierno” de ese “Partido de los Trabajadores” vendido al capital para masacrar de forma tan vil a los obreros, particularmente en las obras billonarias del PAC [Programa de Aceleración de Crecimiento. Millonaria inversión del Estado brasileño para beneficiar los negocios de la gran burguesía que somete a los obreros a condiciones humillantes y esclavas de trabajo, persecución a dirigentes y desaparición de algunos. NdR], represión a las huelgas, prisiones y tortura de obreros, etc.

No con menor furia genocida ataca a los pueblos indígenas, expulsándolos diariamente de sus territorios en defensa de los intereses de esa llaga purulenta del latifundio, como recientemente asesinó al terena Oziel [se refiere al indígena Oziel Gabriel de la etnia terena recientemente asesinado por la policía federal. NdR]

Además de las huelgas de profesores y funcionarios públicos, huelgas estudiantiles y ocupación de rectorías, huelgas y rebeliones obreras y tomas de tierras que en los últimos años han sacudido al país, también ya hace algún tiempo crece el clamor en movilizaciones permanentes por el castigo a los criminales del régimen militar (autores intelectuales y materiales de torturas, asesinatos y desapariciones forzadas) y manifestaciones contra la farsa de las elecciones.

Todo eso inmerso en el marco de la crisis general de la superproducción del capitalismo que sucede en el mundo cuyos impactos en la economía endémicamente enferma de nuestro país no pueden ser más escondidos por la gobernante Dilma. Crisis que afecta directamente a la vida del proletariado y demás trabajadores, va arrojando crecientemente a las masas para la lucha exponiendo las rajaduras del régimen de las clases dominantes y de sus lacayos al frente de ese Estado en descomposición. Los gobernantes de turno no pueden seguir gobernando como antes, ¡no podrán seguir gobernando como antes!

Ya no podrá funcionar su abominable política de pan y circo –pan de la Bolsa de familia [bono de dinero que el gobierno entrega a las familias pobres] y la farra del crédito y circo de la Copa y Olimpiadas– para alienar y embrutecer a las masas. El basta a todo ese fascismo sofisticado, señores, ¡Se ha iniciado!

Y ya preocupados por la farsa electoral del 2014, el PT y el PSDB [Partido político reaccionario de Brasil. NdR], que se dividen el gobierno en Sao Paulo, se unieron para lanzar un discurso de rara sintonía, revelando que, más que la política económica, los une un profundo odio a todo lo que huela a pueblo consciente, independiente. Descargan todo el arsenal represivo en los jóvenes en lucha, periodistas y transeúntes.

Soñando que el aumento brutal de la represión pudiera sofocar la rebelión popular, considerada siempre al estilo de los generales gorilas como disturbios, lo que vieron con asombro fue lo contrario. Que la afluencia poderosa de personas a esas protestas es mayor que las atrocidades cometidas por sus policías cebadas en los genocidios contra los pobres. Y como que encontrados en flagrante delito de mentira, rápidamente cambian la tonada, sumándose al nuevo coro orquestado por esa prensa reaccionaria, que dice ahora que se trata de movimientos pacíficos y que los disturbios son actos de una minoría de vándalos. ¡Es la vieja cantaleta de la minoría subversiva infiltrada¡

Señores, los movimientos de masas hacen un poco de todo, hay también pacifistas naturalmente, e inclusive gente que piensa que lo es hasta salir a las calles y ser agredida cobardemente por las hordas armadas hasta los dientes enviadas por ustedes. No se preocupen, este es un problema de los manifestantes, lo de ustedes es cómo zafarse y seguir engañando. Las masas sabrán resolver democráticamente sobre los métodos de lucha a emplear. Y en esto la experiencia histórica es pródiga en demostrar que, en la acción espontánea, es en su propio curso que las masas eligen sus métodos y formas de lucha, según lo que les proponen sus líderes más comprometidos y firmes y en correspondencia a lo que la reacción arremete contra ellas. Y esta nueva fase de lucha popular está apenas en sus inicios.

Y como no podía dejar de ser el monopolio de la prensa, después de ver agigantarse el mar de masas en las calles, intenta controlar el movimiento y la red O Globo ya quiere dirigir las protestas editando sus imágenes para probar que ahora las manifestaciones son pacíficas y que sólo una minoría es la que practica vandalismo. ¡Ahora vea! Esos editorialistas de los medios más reaccionarios, ni bien se inician las manifestaciones otro día, se apresuran en cubrir la prisión de los manifestantes, de encuadrarlos por “formación de guerrilla”, como si no bastase la acción de esa policía bestial y genocida. Quieren más, que se pase a tratar a las luchas populares como terrorismo, en una anticipación de lo que ya viene siendo gestado hace años como medio de prevenir los levantamientos populares.

No por si acaso, se estima que hasta fines de junio sea aprobada en la Cámara federal el proyecto de ley de antiterrorismo incentivado por el gobierno del PT/FMI y editado por el imperialismo yanqui con el pretexto de la protección a los megaeventos deportivos que tendrán sede en Brasil.

El otro frente de actuación de los partidos oportunistas (además de reprimir desde los aparatos que manejan [se refiere a los partidos oportunistas que se hacen llamar de izquierda y que están en función de gobierno. NdR]) es dividir para dominar, algo ya bastante conocido. Así, la juventud del PT y PCdoB, la UNE y otros grupos oficialistas vienen intentando sistemáticamente usurpar la dirección de las manifestaciones y fracasando, ya que vienen siendo rechazadas sus banderas por las masas indignadas, que atacan también reporteros de Globo y automóviles de la emisora. Estos y otros partidos electoreros que se travisten de “izquierda” pueden engañar, cuando no a unos pocos pero ya son repudiados en las manifestaciones.

Otras siglas electoreras como PSOL y PSTU también se esmeran en usurpar la dirección de las manifestaciones e imprimir en ellas su reformismo mezquino, fracasan también, pues cuando la policía embiste encima de las masas, guardan sus banderas y huyen cobardemente, para después, desvergonzadamente, condenar la justa violencia de la juventud combativa, haciendo parte del asqueroso coro de la reacción. Y el rechazo de los manifestantes a los partidos es expresión de la ira de la juventud a toda esa podredumbre de elecciones farsantes y corruptas.

La gran verdad es que desde fines del 2011 o mundo está siendo barrido por los vientos de la rebelión. La juventud del norte de África y Medio Oriente dio demostraciones de infinita bravura, conquistando derechos y derrumbando gobiernos en sangrientos combates que terminaron en muerte y destrucción. En Grecia el pueblo ocupa casi permanentemente las calles y también paga su cuota de sangre para no ahondarse en la miseria extrema impuesta por el capital financiero internacional.

De esas manifestaciones y de Turquía es que irradian las más vigorosas demostraciones de combatividad, espíritu y moral de clase de los explotados y oprimidos. En ese país también una aparentemente lucha localizada dio origen a un movimiento multitudinario por todo el país, que viene llenando los ojos del mundo y obligando al imperialismo yanqui a retrasar sus planes de un nuevo Medio Oriente.

A diferencia de otros países, donde hubo reveses y pérdida de la dirección de las fuerzas reaccionarias, en Turquía se puede esperar algo más consecuente y duradero, porque en ese país se desenvuelve hace cuatro décadas una heroica guerra popular dirigida por un partido comunista probado en el fuego de batallas por la expulsión del imperialismo, por la destrucción del fascista Estado turco y por la construcción de una nueva democracia.

Nada grande jamás fue conquistado por el pueblo dando flores a sus represores y genocidas. Todas las revoluciones victoriosas se erguieron sobre la destrucción de todo lo que era viejo y reaccionario. Más que nunca es válida la consigna “la rebelión se justifica”.

Desde nuestra trinchera saludamos calurosamente nuestra bella juventud en lucha en las ciudades brasileñas, en Turquía, en Palestina, en Chile y en todo el mundo.

http://www.anovademocracia.com.br/no-112/4800-editorial-a-juventude-se-levanta-toda-a-canalha-treme

2 comentarios en “¡La juventud se levanta, la escoria tiembla!

  1. Desde Bolivia: la crítica es dura pero pertinente. Estamos preocupados por que cada vez más la izquierda se conduce como la derecha, mas ojalá que estas críticas no «den papita al loro» es decir, ojala que no sean aprovechadas por la derecha cavernaria. Rolando Morales

  2. Los sectores conservadores siempre harán su trabajo, independientemente de si los sectores revolucionarios desenmascaran a los regímenes oportunistas y reformistas o si se asustan de que sus críticas sean aprovechadas por la «derecha». Lo importante es que la crítica se desarrolle a la par que se construye el campo popular que muestre a los sectores populares que se construye una alternativa distinta y opuesta al orden existente.

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