Los cooperativistas aliados de Evo provocan una muerte y nueve heridos entre obreros mineros

El gobierno es responsable por la muerte del minero Héctor Choque

Por: Análisis y Opinión

18 de septiembre de 2012

Mientras Evo Morales proclamaba su candidata a la Gobernación para el departamento del Beni (la ganadera y terrateniente Jessica Jordán), en la ciudad de La Paz los mineros cooperativistas atacaban a la sede de los mineros sindicalizados como demostración de fuerza en función de obtener una concesión (veta) para explotar en el complejo minero estatal de Colquiri. El conflicto entre mineros asalariados y pequeños propietarios (cooperativistas) que ha dejado un muerto y varios heridos está íntimamente ligado a la política gubernamental de Evo Morales y sus alianzas políticas.

Aunque es norma de Evo presentar el conflicto social desde una visión conspirativa contra su gobierno o como algo aislado cuando no interpela directamente a su gestión, como gobierno no está por encima de la lucha de clases, sino dentro de ella. Y en este caso el MAS tiene varios senadores, diputados, ministros y viceministros que a la vez son propietarios de distintas cooperativas, a los que ha beneficiado con decretos, concesiones, exoneraciones y otro tipo de beneficios a lo largo de las dos gestiones de gobierno.

El método masista y reaccionario de la “administración” del conflicto social está encaminado a mostrar los hechos de manera distorsionada de tal forma que el pueblo no vea la verdadera responsabilidad de la gestión del gobierno y su impacto en los sectores populares.

El conflicto entre cooperativistas y asalariados mineros no es nuevo y tuvo su punto sobresaliente en 2006, en la localidad de Huanuni donde el enfrentamiento produjo la muerte de 16 personas y 70 heridos. El problema en esa época fue el ofrecimiento electoral de una concesión en la mina a los cooperativistas, lo que generó una férrea defensa de los asalariados por fuentes de trabajo, provocando el choque. En este caso también el gobierno se lavó las manos, junto a sus senadores y viceministros salidos de los cooperativistas.

De igual forma, el conflicto actual en Colquiri se inició con la propuesta de los asalariados para expulsar las concesiones transnacionales que el gobierno mantenía en dicha localidad. Posteriormente el conflicto se trasladó a los intereses que tiene el sector cooperativista en la explotación de la mina y como aliado del gobierno consiguió ciertas concesiones.

El “cooperativismo minero” se desarrolló con las políticas privatizadoras en el periodo neoliberal, fue el refugio de muchos mineros que se quedaron sin trabajo. Estos accedieron a concesiones otorgadas por el Estado y algunos se enriquecieron mientras otros desarrollaron una explotación de sobrevivencia. En los centros mineros, los capitalistas se llaman “cabecillas” que explotan la mano de obra de sus “socios”, aplican un sistema de servidumbre (“socios” pagan por trabajar) y roban mineral (juqueo). Los capitalistas aliados de Evo Morales han sido capaces también de movilizar a sus peones o “socios” en cuanta protesta requiera el gobierno a favor de sus medidas antipopulares.

El sector enriquecido se ha estructurado como pequeñas empresas con obreros a su servicio, y durante años ha negociado con todos los gobiernos neoliberales sus preferencias. En esas circunstancias también negociaron su alianza con el “revolucionario” gobierno de Evo Morales. Los capitalistas entre los cooperativistas tuvieron el Ministerio de Minería cuando sucedieron los hechos de Huanuni, tienen diputados y senadores que forman parte de la bancada del MAS, uno de ellos el senador Andrés Villca es acusado de haber sido del MNR, el partido de Sánchez de Lozada, sin embargo eso no es óbice para que sea un furibundo defensor del “proceso de cambio” y felicitado por Evo Morales. Entonces es una falacia mentirosa y cobarde lavarse las manos y decir que el gobierno no tiene nada que ver con los “enfrentamientos entre asalariados y cooperativistas”.

La política corporativa del gobierno de Morales tiene como fin cooptar y maniatar al movimiento popular, también enfrentar a los sectores contestatarios a su gestión. Desde nuestra tribuna habíamos dicho que el gobierno estaba dejando pasar los conflictos solo para que éstos vuelvan después con más fuerza. El conflicto en Colquiri era una papa caliente en el momento del motín policial y la marcha del TIPNIS. El gobierno dio soluciones parciales a este problema porque el interés en ese momento era utilizar a los asalariados en la contramarcha contra el TIPNIS, y así lo hicieron los dirigentes que creyeron en la palabra del gobierno. Una vez utilizados contra los indígenas, el gobierno nuevamente hizo pactos con sus aliados (los capitalistas entre los cooperativistas), por ello el conflicto se reactivó. Ésta es la forma en que el gobierno utiliza al movimiento popular, por ello es responsable de la muerte del minero Héctor Choque, una muerte que se suma a las muchas que tiene en sus manos Evo Morales.

La lucha entre mineros aparece como un conflicto dentro de los sectores populares, sin embargo es parte de la lucha de clases que refleja los intereses de los obreros estatales y los intereses de la minería artesanal, conformada por un puñado de mineros enriquecidos, explotadores y aliados al gobierno de Evo Morales. El movimiento popular y el pueblo boliviano deben entender esta verdad y organizarse para desenmascarar el carácter reaccionario de este gobierno.

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