El descalabro del Estado peruano y las necesidades revolucionarias

Enfermos protestan en Perú «El hospital parece un cementerio». Foto: El Deber

En líneas generales, es el camino que ha seguido el país en estos últimos años, esas son las verdaderas razones por las que se atrevieron a usar todo tipo de crímenes contra la guerrilla, todos los métodos sucios que el imperialismo yanqui en particular ha diseñado para aplastar a un pueblo levantado, toda esa maquinaria monstruosa que arrasó pueblos enteros, mató, cremó en hornos nazis en el campo, fue usada para mantener los sucios negocios del gran capital a nombre de defender la democracia.

Julián Amaru

13/06/2020

La crisis del coronavirus en el Perú ha echado por tierra la propaganda que ha venido hablando de un país con un gran desarrollo económico, de gran emprendimiento, del boom de los negocios y la gastronomía, y mas aún, que esto ha beneficiado a todo el Perú.

Sin embargo los contrastes siempre han estado a la vista, ese gran desarrollo nunca llegó a los miles de niños desnutridos del país, a los pobres de las alturas y las zonas de la selva, a los vivientes de las barriadas de las grandes ciudades de la costa como Lima. Mientras la promoción habla de la aparición de grandes cadenas comerciales y todo tipo de servicios, los niveles de delincuencia son elevadísimos, reflejo de la enorme crisis social que vive ese país.

También se promocionó al Perú como un país donde la justicia era un modelo ejemplar, particularmente cuando condenó al criminal y genocida ex presidente Alberto Fujimori, en las cadenas de prensa internacional diversas organizaciones debatían sobre la “calidad” de la justicia y los juristas peruanos, mientras que, en el otro plano con el que se mide la “justicia”, contra los revolucionarios que se levantaron contra la opresión y la explotación, se les daba ominosas condenas, muchas de ellas sin ningún tipo de fundamento, con el único fin de mantenerlos presos, incluso cuando cumplieron sus condenas sobradamente, el objetivo, desde el enfoque del derecho penal del enemigo, ha sido sepultar en vida a los guerrilleros y esperar su muerte en las cárceles peruanas.

Otro elemento del que se jactaron mucho los intelectuales zurdos en el Perú fue el “avance democrático” ligado a la construcción de instituciones que fortalecerían el Estado de derecho, algo que ellos pensaban se construía a partir de las distintas manifestaciones populares que se desarrollaron contra el gobierno de Fujimori y muchos otros movimientos de masas e intelectuales como en las coyunturas electorales.

Pero la realidad, mas terca que una mula, mostró que esos fundamentos para el “desarrollo institucional” del país no habían sido tales. Muchas denuncias y todo tipo de investigaciones, determinaron que para el Perú, su reconversión política, económica y social se hace en base a negocios a medida del capital imperialista y la gran burguesía peruana, todas ellas lumpenescas y delincuenciales. Así salió a la luz el caso Lava Jato en Perú, implicando a todos los expresidentes, candidatos y funcionarios estatales en maniobras corruptas con las grandes empresas constructoras, entre ellas Odebrecht.

Durante el tiempo en que el ex presidente Toledo aparecía como “recuperador de la democracia” y “organizador de la marcha de los 4 suyos”, en su gestión como presidente, recibía la coima corrupta acostumbrada por los administradores estatales reproduciendo una característica innata del capitalismo (y su democracia) en nuestras tierras. La empresa Odebrecht se ha referido a esto de los sobornos como una práctica natural entre los Estados y las grandes empresas no solo en Latinoamérica sino en el mundo, he ahí la marca indeleble de la democracia corrupta de los grandes burgueses y terratenientes, y la hipocresía de quienes venden al pueblo como cebo de culebra que la “democracia” es la solución a sus males.

El régimen del tirano Fujimori empleaba todo tipo de medidas criminales contra el pueblo y contra los revolucionarios levantados en guerra popular, argumentando que todas las decisiones “duras” se hacían para salvar al Perú, para recuperar la democracia del terrorismo, sin embargo, una estructura corrupta no solo cometía crímenes de lesa humanidad sino montaba un enorme aparato de enriquecimiento y corrupción con dinero narco y del tráfico de armas para sobornar a altos niveles de la sociedad con el fin de comprar lealtades y mantenerse a toda costa en el poder que lo alimentaba.

De la misma forma el movimiento generado en contra de las políticas de Fujimori, a quien le reconocían el “haber vencido al terrorismo” pero haberse convertido en una dictadura corrupta, al tiempo que sacaban a Fujimori del poder, negociaban por lo bajo los sobornos con los nuevos comerciantes internacionales que llegaban para repartirse las obras estatales y las riquezas del país.

Ese es, en líneas generales, el camino que ha seguido el país en estos últimos años, esas son las verdaderas razones por las que se atrevieron a usar todo tipo de crímenes contra la guerrilla, todos los métodos sucios que el imperialismo yanqui en particular ha diseñado para aplastar a un pueblo levantado, toda esa maquinaria monstruosa que arrasó pueblos enteros, mató, cremó en hornos nazis en el campo, fue usada para mantener los sucios negocios del gran capital a nombre de defender la democracia.

En el tiempo post Fujimori esta práctica atravesó a muchos representantes del viejo Estado peruano, Alejandro Toledo, hoy con pedido de extradición, Alán García, suicidado una vez puesto al descubierto, Ollanta Humala investigado aún, y estuvo preso en este caso, la ex candidata e hija del criminal Fujimori, Keiko, encarcelada e investigada en el soborno de Odebrecht, no se ha salvado la izquierda caviar y tiene a la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán, también encarcelada por lo mismo, igualmente el ex presidente que se preciaba de exitoso empresario tecnócrata, Pedro Pablo Kuczynski, impedido de salir del país y no es por la pandemia, se le investiga por conexiones con Odebrecht. A estos se suma una larga lista de funcionarios estatales, empresarios, periodistas, jueces y abogados.

Las premisas de la “nueva construcción democrática” son las mismas podridas premisas con las que se construye un Estado de clase reaccionario y con una buena propaganda se vende al mundo como el boom del desarrollo.

Sin embargo, por si fuera poco, otros procesos destaparon algo más hediondo de otro poder del Estado y fundamento del Estado de derecho y la democracia: el poder judicial. Una maquinaria de sobornos, donde se vendía indulgencias, archivamiento de casos, sobreseimientos, obstrucción de investigaciones a violadores, estafadores, narcos, criminales a mano armada, ligado a jueces, fiscales y abogados conocidos como “hermanitos”, tenían el control de la más alta instancia del poder judicial donde se intercambiaba favores con los políticos, a cambio de archivamiento de investigaciones, esta mafia corrupta y podrida, según se demostró, tenía ligazón con el APRA, partido del suicidado expresidente Alan García y la ex candidata hoy presa Keiko Fujimori, conocida como la señora K.

Estas son las circunstancias en que la pandemia llega a la corrupta democracia peruana, y ha agravado mucho más esta situación. El problema es que la ha agravado para el pueblo y los sectores populares, con una disparada de casos contagiados y muertos, el sistema sanitario del Perú ya colapsó y ha pasado al momento del sálvese quien pueda. Una crisis como esta no la puede soportar un Estado que gastó y gasta más en forrar de plata a los militares y policías que invertir en la salud de la población.

El gobierno del presidente Martin Vizcarra, como muchos otros gobiernos, ha hecho una inversión pequeña en la cuestión sanitaria pero una inversión millonaria para “salvar la economía”. En un artículo del Instituto Marx Engels se afirma que el gobierno “está destinando para la reactivación económica nada menos que 25 mil millones de dólares (85 mil millones de soles)…” y por el otro lado “según la ministra de economía Antonieta Alva se han destinado 783 millones de soles al sector salud para atender el impacto sanitario del coronavirus…”[i], y a los bonos familiares casi 9 mil millones de soles. Como se puede ver el sector empresarial se lleva 85 mientras que toda la población no alcanza a 10.

Pero, ¿Qué significa reactivar la economía desde el punto de vista del viejo Estado? Es poner a buen recaudo los negocios de la gran burguesía, es no dejar que los dueños del capital pierdan sus empresas. Curiosamente en el Perú ese sector empresarial, en los últimos años, ha venido lanzando una perorata agresiva contra la intervención del Estado, en una suerte de ofensiva reaccionaria envalentonados por la derrota temporal de la guerra revolucionaria, todo lo que implica intervención estatal es denunciado como atentado contra el libre mercado, !!!eso es socialismo, comunismo, Venezuela, Cuba!!!

Este sector rancio, generalmente asociado a la corrupción fujimorista, a la financiación en negro, es la que va a recibir el dinero del Estado para la “reactivación económica”, son los mismos que necesitando mano de obra han presionado al gobierno para flexibilizar las medidas y exponer a los trabajadores a un rebrote de contagios, porque a pesar de decir que guardan medidas de seguridad no hacen las suficientes, y el gobierno en la complicidad acostumbrada ha decretado varias medidas antiobreras flexibilizando la estabilidad laboral “para todos los trabajadores de riesgo se ha inventado un mecanismo legal, que en caso de que “deseen trabajar” podrán hacerlo firmando una declaración jurada, de esa manera se librará de responsabilidad a su empleador. Es la clásica hipocresía capitalista, si vas a trabajar y te contagias es tu culpa, yo no te exijo, solo te quito el salario y tú decides…”[ii]

Los más duro para el pueblo peruano que tiene un enorme sector informal es que ese dinero usado para la “reactivación económica” no le va a llegar, precisamente por ser informal. Este sector que lo conforma la gran mayoría de la población ha tenido que soportar la cuarentena hasta donde ha podido para luego tener que salir a ganarse la vida exponiéndose al contagio y a las prohibiciones de circulación.

Parte de ese sector que no figura dentro del “Perú exitoso” son los originarios de las provincias que en un momento prefirieron volver caminando a sus pueblos porque no tenían recursos para soportar la cuarentena en las ciudades.

Por su parte los presos políticos están expuestos a la pandemia mientras el Estado no piensa respetar los mas elementales derechos de las personas, en una política de venganza está esperando que mueran por causa de la pandemia. Según informaciones de prensa ya habrían muerto tres personas en este tiempo contagiadas por Covid, mientras el Estado no quiere atender las acciones legales que han desarrollado los presos de mayor edad.

A diferencia de otras ocasiones no se han desarrollado campañas para pedir por la salud y vida del Dr. Abimael Guzmán, exceptuando las gestiones que desarrollan quienes forman parte de la línea de solución política a los problemas derivados de la guerra, agrupados al Movadef y conocidos por levantar la Línea Oportunista de Derecha. Su abogado, miembro del Movadef, el Dr. Alfredo Crespo, ha planteado un hábeas corpus en una sala penal en Lima y un pedido de medida cautelar a la Comisión Interamericana de DDHH por estar en riesgo la vida del doctor Guzmán, pues, como es sabido, a pesar de que el Estado dice darle atención médica, en los hechos esto no se cumple. De igual forma, la profesora Elena Yparraguirre, sentenciada a cadena perpetua, esposa del Dr. Guzmán, también ha hecho un hábeas corpus pidiendo la detención domiciliaria para evitar el riesgo de contraer la pandemia y morir.

Aunque es sabido que el Estado peruano no va a retroceder en su política de exterminar a los alzados en armas, aunque hoy estén pidiendo reconciliación nacional y participación en las elecciones, las batallas legales no pueden dejar de darse, cosa que es válida para los demás presos políticos y prisioneros de guerra en los distintos penales del Perú, y donde el Estado no puede argüir, como lo ha hecho en el caso del Dr. Guzmán, que están aislados en celdas personales.

El panorama que viene luego de la pandemia es sombrío para el pueblo peruano, que va a tener que luchar para defender sus derechos conquistados y sobrevivir luego de tener su economía destrozada. Va a tener que enfrentarse a esos sectores dominantes que buscan preservar aquella normalidad que garantizaba sus ganancias, esa que ha sido parte del problema. Eso es algo que se tiene que combatir, organizarse para luchar, volver a luchar para retomar, desde una perspectiva revolucionaria el camino de la destrucción del viejo Estado. Es algo que en las actuales circunstancias el pueblo peruano no lo tiene, al menos no como perspectiva clara y concreta, no se presenta en la actualidad como una alternativa estratégica, pues requiere una organización que saque las lecciones de los problemas atravesados, que tenga los balances científicos y las nuevas herramientas para enfrentar los problemas actuales, sin embargo, y a pesar de tal complejidad, la agudización de la lucha de clases y el movimiento de masas generará los nuevos sujetos que estén a la altura de tales desafíos, no tenemos dudas de eso.


[i] https://marx-engels.com/el-covid-se-dispara-insuficientes-recursos-para-el-pueblo-enormes-beneficios-para-las-grandes-empresas/

[ii] Ibid

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