Evo fracasa en elecciones subnacionales y los conservadores reaparecen: necesitamos construir el camino de la revolución

Partidarios de base del MAS apedrearon la Central Obrera Regional donde Braulio Rocha, dirigentre gremial, hace «carrera sindical» como aliado del gobierno usando la chicanería, amenaza y chantaje. Dirigentes que se oponen a su gestión lo culpan, junto a otros poderosos dirigentes corruptos que trabajan por el MAS, del descalabro electoral

Análisis y Opinión

01/04/15

 

El fracaso electoral del MAS nos dice que la población está cansada de la política del gobierno: de la corrupción, el prebendalismo y el loteamiento del Estado que han hecho sus militantes en las alcaldías y gobernaciones. Hoy ante este fracaso, muchos dirigentes han sacado a la luz estos problemas que forman parte de la gestión del MAS en la construcción del “Estado plurinacional” y que solo es comparable a los tiempos del MNR, del MIR, de la ADN, es decir, de los tiempos más oscuros del periodo neoliberal.

Los resultados electorales dejaron mudos a los militantes del Movimiento al Socialismo (MAS) que perdieron en 8 de las 10 principales alcaldías del país, incluida su “ciudad bastión”; El Alto, nada menos que ante el partido del empresario Samuel Doria Medina con su candidata Soledad Chapetón. La sorpresa también se registró en la ciudad de Cobija (Pando) donde el MAS daba por seguro que ganaría la alcaldía, sin embargo el candidato futbolista Luis Gatty Ribeiro le quitó el puesto por tres puntos de diferencia.

En el caso de las gobernaciones el MAS también perdió en su otro “bastión”: la ciudad de La Paz, donde el candidato Félix Patzi, quien promueve la curiosa propuesta de un Tercer Sistema (ni capitalismo ni socialismo), le ganó por amplia diferencia a la candidata de Evo Morales, la dirigente campesina Felipa Huanca Yupanqui.

Es bastante conocida nuestra posición respecto a las elecciones, lo hemos venido planteando de manera recurrente, nosotros no creemos que las elecciones vayan a cambiar o transformar la vida de las clases explotadas ni van a transformar el carácter explotador de este sistema, ni nos va a dar un sistema social nuevo; las elecciones sirven fundamentalmente para reproducir el viejo orden existente, renovar los administradores del viejo Estado explotador y afinar los programas políticos para aplicar de mejor forma la explotación de clase.

Partiendo de este enfoque vamos a plantear algunos puntos de vista sobre el proceso electoral que ha llevado adelante el caduco sistema y las clases dominantes que lo conforman.

 

La democracia liberal al descubierto

En principio una vez más hemos visto que los hechos ponen al descubierto la falacia del discurso liberal (incluido el discurso multicultural que propalan los altos jefes del MAS) sobre la democracia que plantea transparencia, libertad de elección, neutralidad, poder del voto, igualdad de condiciones, competencia electoral, etcétera. El proceso electoral –como ya hemos dicho- es una coyuntura donde se abre el mercado de compra y venta de lealtades políticas, todas guiadas por el oportunismo en función de conseguir poder a toda costa. En este proceso se producen los traspasos de una tienda política a otra, las alianzas más aberrantes y los transfugios más escandalosos.

La pugna electoral en esta ocasión se ha desarrollado entre conservadores (politicastros de la vieja guardia), reformistas (el partido de Evo Morales y algunos disidentes) y otras tiendas políticas locales que expresan las aspiraciones de la pequeña burguesía, estos últimos minoritarios.

El partido de Morales es el reflejo del oportunismo y transfugio a gran nivel, en sus filas se cobijan militantes de los viejos partidos reaccionarios junto a dirigentes “populares” que han “engordado económicamente” durante estos años de gobierno del MAS y ya poco o nada tienen que ver con los sectores explotados. Es el caso de la candidata Felipa Huanca que reveló un patrimonio de alrededor de un millón de bolivianos. Huanca se dedica al trabajo de dirigente desde hace más de una década, antes en el partido de Felipe Quispe, más conocido como El Mallku y luego en el partido de Evo Morales donde alcanzó notoriedad por ser una férrea defensora del MAS y una aplicada vigilante de toda disidencia contra el partido de Evo Morales en su organización, las Bartolinas. Quienes conocen de cerca la carrera de Felipa Huanca señalan que parte de su patrimonio se construyó con la explotación de la fuerza laboral que trabajaba para ella.

Las elecciones son una pugna de intereses económicos y políticos de los partidos y organizaciones que buscan ocupar espacios de poder donde los individuos con similares aspiraciones entran en concordancia con este sistema, los intereses personales o de grupo buscan ser legitimados por el voto de la población. Esta por descontado aquí que los competidores electorales estén buscando cambiar la vida de las personas o transformar el sistema imperante.

Sumado al oportunismo acompaña la demagogia descomunal de los candidatos. Las eternas promesas de luchar contra la corrupción y combatir la pobreza acompañaron esta vez propuestas como construir teleféricos en las poblaciones del altiplano, carreteras dobles vías en el oriente, trabajar 24 horas todos los días, hacer mega obras, servicios de transportes de última generación en Santa Cruz, etcétera. En la conquista del voto todo era válido; junto a la demagogia está la compra indirecta del voto, por ejemplo los cierres de campaña de varios candidatos de oposición pero especialmente del MAS estuvo marcada por rifas de electrodomésticos, al viejo estilo de los terratenientes o de los partidos que en los 50 y 60s regalaban un kilo de arroz o azúcar a cambio del voto, claro que en estos tiempos la población no es tan ingenua sin embargo el mecanismo prebendal sigue siendo una característica fundamental en los proceso eleccionarios, especialmente entre los militantes de los partidos. Por ejemplo, el MAS en Santa Cruz protagonizó riñas entre el candidato y los militantes que querían llevarse las gorras de campaña a su casa, o en Tarija, el viceministro de gobierno, Jorge Pérez, amenazaba con fusilar a quienes consideraba traidores entre los que se encontraban también aquellos que se llevaban el material de campaña a sus casas.

 

Evo Morales cerró las campañas de sus candidatos y amenazó a la población con no aprobar proyectos gubernamentales si no votaban por los candidatos de su partido

Chantaje y amenazas

Relacionado a esto, la “democracia plurinacional” del MAS mostró que parte de su estilo de hacer política es el chantaje y la amenaza. La acción del viceministro Pérez de querer fusilar a los “traidores” tuvo como correlato la amenaza desde la más alta jerarquía, es decir Evo Morales, de chantajear a la población con que si no votaba por sus candidatos no iba a aprobar proyectos para esos municipios o gobernaciones. Semejante chantaje solo lo puede hacer Evo Morales, su vicepresidente o sus ministros sin sufrir ningún proceso penal, para cualquier otra figura política seguramente significaría la acción inmediata del ministerio público.

Sin embargo la población no es tonta y la amenaza presidencial fue contraproducente para el MAS porque todos comprendieron que las ambiciones fascistoides eran incoherentes, ilegales y perversas. Finalmente la población no cedió al chantaje, todo lo contrario, entendió que la angurria del caudillo desnudaba su afán de poder a toda costa. Si la población tenía que votar por sus candidatos, entonces para qué organizar elecciones.

El proceso electoral mostró no solamente las miserias individuales o grupales de los contendientes, desnudó también la propaganda ética que el gobierno difundía en una millonaria campaña. Evo Morales y los jerarcas repetían constantemente que no iban a usar los recursos del Estado, que los ministros y el propio Evo iban a hacer campaña en las noches, los fines de semana o los feriados, sin embargo, ante el inminente descalabro electoral el gobierno perdió los papeles, Evo Morales se involucró en la campaña como nunca, cerraba campañas hasta en tres ciudades en un solo día, lo mismo hacía García Linera, los ministros y viceministros iban a los departamentos a hablar con la militancia, a exigir más compromiso con la campaña, a amenazar con fusilamiento si traicionaban, es decir, usaron todos los recursos estatales a su disposición, helicópteros, avión presidencial, vehículos oficiales, viajes por avión, servicios de transporte, fueron comprometidos en la campaña violando la normativa que prohibía usar recursos públicos en las campañas electorales que el “Estado plurinacional” pomposamente ha aprobado. El gobierno invirtió grandes recursos del Estado (ese que saca de los recursos naturales del país y de los impuestos de la gente) para promover a sus candidatos ante la vista del parcializado tribunal electoral. Además ordenó a toda la administración pública a participar de esto bajo la amenaza de perder del puesto de trabajo.

A pesar de las denuncias de corrupción de sus candidatos (el candidato del El Alto recibiendo un sobre de un ex alcalde y la candidata a la gobernación de La Paz implicada en la corrupción del Fondo Indígena), Evo Morales los respaldó y promovió el voto para ellos, formalmente dijo que la justicia debe investigar, sin embargo, todos sabemos que si el jefe encubre a sus corruptos nadie los va a investigar. Algo que ha sucedido por ejemplo con la poderosa ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, que sale impune y aplaudida de las responsabilidades por la malversación de millones de bolivianos del Fondo Indígena.

 

Tribunal Electoral al servicio del gobierno

El elemento más deteriorado de la democracia liberal (plurinacional) es sin embargo el actuar parcializado del Tribunal electoral. Si el ente organizador del proceso electoral trabaja para el gobierno y sus candidatos entonces de qué elecciones limpias pueden hablar los defensores del viejo orden. El gobierno y sus competidores no pueden garantizar ni siquiera eso simplemente porque en un Estado de clase no existe ente u órgano imparcial para organizar elecciones, ni siquiera entre los contendores del viejo sistema, lo que revela la vocación corporativa del gobierno del MAS que nunca se esfuerza por disimular su control de los demás poderes del Estado.

Estos son los rasgos de la vieja democracia liberal burguesa y son los mismos de la “nueva” democracia plurinacional planteada por el “proceso de cambio” del MAS, en esencia los contenidos no han cambiado, las viejas formas políticas se mantienen y solo la demagogia ha marcado un rasgo distintivo de sus predecesores. Mientras el gobierno gasta millones en campañas donde dice que gobierna respetando al pueblo, que no promete aquello que no va a cumplir, la campaña electoral muestra todo lo contrario.

El gobierno en pleno se comprometió en esta campaña, Evo Morales en persona fue con sus candidatos a sus concentraciones, marchas y cierres de campaña, por eso la catástrofe de sus candidatos es su propia catástrofe, hoy ante el descalabro les echa la culpa y los llama corruptos. El cinismo de Morales es tan grande como su actitud pilatesca. Ahora buscará chivos expiatorios para ocultar su fracaso.

 

El Organo Electoral cumplió una escandalosa labor al servicio del gobierno sin siquiera disimular su actitud servil oficialista

Elecciones reflejo de la pugna de poderes

La contienda electoral ha marcado la pugna de los distintos grupos de poder en el país, el fracaso del MAS implica que los conservadores reaccionarios y otros grupos provenientes de la pequeña burguesía han levantado cabeza, no queremos decir con esto que el MAS sea de izquierda o progresista, de ninguna manera, el MAS es tan parte de este viejo sistema como la reacción de viejo cuño, el MAS es hoy el actual administrador del viejo Estado burocrático terrateniente, es quien dirige la reorganización y reestructuración del capitalismo burocrático, es quien ha impuesto su programa reaccionario y para ello ha pactado intereses con el imperialismo, con la gran burguesía y los terratenientes, precisamente la mentada “agenda patriótica” del MAS ha sido construida con la Confederación de Empresarios privados quienes dicen a cuatro vientos que le han hecho la agenda económica al gobierno, son los grandes empresarios cruceños y los terratenientes quienes reconocen que han diseñado la producción agropecuaria del país junto a Evo Morales, es Alvaro García Linera quien han planteado públicamente su compromiso con el agronegocio, es el gobierno boliviano quien reconoce que el capital comercial bancario ha tenido ganancias históricas en Bolivia gracias al “proceso de cambio”.

La reaparición de politicastros de viejo cuño u oportunistas promovidos por la pequeña burguesía no le favorece en nada al pueblo, así como tampoco la presencia prebendal y corrupta del MAS, el gran problema para el pueblo boliviano es la ausencia y el déficit del campo revolucionario, del campo popular, algo que tiene que ser construido con una clara ideología clasista y revolucionaria.

 

La necesidad de construir el camino de pueblo

Este déficit lleva a algunos revolucionarios o progresistas a exigir que se practique la política revisionista del apoyar al “mal menor” renunciando así a la tarea histórica de construir el camino del pueblo para la revolución. Este sector dentro del movimiento popular sorprendido por la demagogia “antiimperialista” de los gobernantes de turno en América Latina cree que es un deber apoyarlos, ven las contradicciones de estos gobiernos (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, etc.) con el imperialismo yanqui como contradicciones fundamentales y olvidan que a pesar de los discursos siguen siendo principales socios comerciales del imperialismo yanqui, no ven en estas contradicciones el reflejo de las contradicciones interimperialistas, los intereses rusos y chinos que chocan con los intereses norteamericanos.

En muchas ocasiones estos gobiernos oportunistas ocultan el fracaso de sus políticas echando mano del gastado discurso del sabotaje del imperio, incluso las movilizaciones auténticamente populares que rechazan las políticas corporativas de estos gobiernos sufren el ataque propagandístico siendo acusados de ser de la derecha. Por ejemplo el gobierno boliviano en su afán de atraer la inversión imperialista en poblaciones indígenas ha dividido a las organizaciones naturales, las ha aislado y ha desarrollado duras campañas acusando de derechistas a los dirigentes que se oponían a sus proyectos imperialistas. Evo no ha dudado en partir organizaciones, formar dirigentes acólitos para ponerlos a su servicio y avasallar a la población; justamente hoy esos dirigentes son los implicados en la malversación millonaria de Fondo indígena, hecho que hasta el momento solo ha merecido titulares pero ninguna acción concreta del ministerio público, y es que esta clase de dirigentes que ya no tienen nada que ver con el movimiento popular está protegido por el gobierno para legitimar la ficción de que el MAS es el gobierno de los “movimientos sociales” y los acuerdos que tienen con Evo se propagandiza con el discurso de que “gobierna obedeciendo al pueblo”.

El fracaso electoral del MAS nos dice también que la población está cansada de la política del gobierno: de la corrupción, el prebendalismo y el loteamiento del Estado que han hecho sus militantes en las alcaldías y gobernaciones. Hoy ante este fracaso, muchos dirigentes han sacado a la luz estos problemas que forman parte de la gestión del MAS en la construcción del “Estado plurinacional” y que solo es comparable a los tiempos del MNR, del MIR, de la ADN, es decir, de los tiempos más oscuros del periodo neoliberal.

El pueblo no ganará nada con el triunfo del MAS ni con el triunfo de los sectores conservadores, ni las promesas de desarrollo de los técnicos de la gestión pública, el pueblo necesita una profunda transformación en la que deben aplicarse a fondo los verdaderos revolucionarios construyendo el camino del pueblo para la revolución democrática popular. El proceso electoral ha demostrado que el sistema llamado democrático no es más que una ficción que encubre los intereses de los sectores dominantes de la sociedad y la angurria del oportunismo.

Debemos luchar por construir un sistema total y radicalmente nuevo, que sirva a los intereses de los explotados en primer lugar y de la sociedad en su conjunto en general, eso solo se conseguirá acabando con el viejo sistema que reproduce las relaciones de clase, y desde fuera de este viejo sistema, no participando de él.

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