Casta corporativa, la rancia dirigencia del “proceso de cambio”

Los miembros del Pacto de Unidad, directores del fondo indígena y responsables de la malversación millonaria, su proceso avanza a paso de tortuga
Los miembros del Pacto de Unidad, directores del fondo indígena y responsables de la malversación millonaria, su proceso avanza a paso de tortuga

 

Análisis y Opinión

29/05/15

El gobierno de Morales proclama al mundo que es el gobierno de los movimientos sociales y para ello cuenta con la “colaboración” de dirigentes que provienen de las organizaciones populares, en particular campesinas, que cumplen la función de legitimar este discurso.

Las últimas elecciones para alcaldes y gobernadores, donde el MAS sufrió una seria derrota en ciudades importantes que consideraba su bastión, como por ejemplo la ciudad de El Alto, trajeron como consecuencia una crisis dentro de la estructura gamonalilla de los “representantes de los movimientos sociales”, nos estamos refiriendo a esa costra de dirigentes cooptados por el gobierno de Morales.

El escándalo saltó en todo el país, pero principalmente en la ciudad de El Alto, debido a la gestión no solo ineficiente del alcalde masista Edgar Patana (candidato del MAS a la reelección por El Alto), sino también por las múltiples denuncias de corrupción que contaron, entre otras cosas, con la difusión de un video donde Patana recibía un sobre abultado de parte de otro ex alcalde de la ciudad de El Alto, Fanor Nava, y de lo que Patana dijo “no recordar” su contenido. A esto se sumaron las revelaciones de la Contraloría General de la República, controlada por el MAS, acerca de irregularidades millonarias en el Fondo Indígena, que era manejado por miembros del gobierno en coordinación con los dirigentes del Pacto de Unidad, dirigentes de organizaciones campesinas e indígenas que hipotecaron la lucha de sus sectores a los deseos del gobierno, incluso dividiendo sus organizaciones y enganchándose en el gobierno. Este escándalo de corrupción saltó a la candidata del MAS, Felipa Huanca, dirigente de la Federación de Mujeres Bartolina Sisa, quien en ese momento era candidata por La Paz a la gobernación.

La dirigenta bartolina, a pesar de que le salta el escándalo de corrupción su "proceso" es con guantes de seda
La dirigenta bartolina, a pesar de que le salta el escándalo de corrupción su «proceso» es con guantes de seda

Hoy se puede afirmar sin equivocarse que si el MAS no hubiera perdido en la contienda electoral estos dirigentes no estarían tan cuestionados, Evo habría continuado apoyándolos y cerrando filas en torno a ellos como lo hizo en pleno proceso electoral, cuando ya se conocían las denuncias por corrupción.

Pero el problema no quedó ahí, pues otros dirigentes se pusieron en evidencia, como el eterno dirigente de los gremiales y aliado del MAS, Braulio Rocha, un sujeto sobre el que hace tiempo pesan denuncias de matonaje contra dirigentes y bases que cuestionan su gestión. Rocha no solamente se caracteriza por su eficiencia para acallar a la disidencia a través de amenazas al mejor estilo de los esquiroles sudamericanos de los gobiernos corporativos y fascistas, algunas de sus amenazas a dirigentes aparecieron a través de los medios de comunicación por la filtración de audios, Rocha también se caracteriza por chantajear a los gremialistas con una cuota económica pues sin su autorización ningún comerciante puede vender en ningún puesto de comerciante en la ciudad de El Alto, de estos cobros que los realiza la Alcaldía municipal un 50% van a parar a manos de Rocha.

Estos son unos pocos ejemplos en un rosario de personajes que forman parte de la dirigencia cooptada por el gobierno y prebendalizada a través de innumerables gollerías y espacios de poder que distribuye el MAS en la administración pública, precisamente el loteamiento de la administración estatal obedece al reparto de cuotas de poder a través de estos dirigentes como también ha saltado en esta crisis.

Evidentemente esta pelea por cupos genera roces y distanciamiento pero en ningún caso se trata de acciones al margen del poder o al margen de Evo Morales como señala el mandatario en un afán de lavarse las manos por toda la corrupción y prebenda existente entre sus dirigentes, todo lo contrario, la política corporativa del gobierno controla los apetitos de poder de esta costra dirigencial a cambio de movilizar a las bases permanentemente y mantener la ficción de “gobierno de los movimientos sociales”.

¿Cómo funciona esto? Hasta donde se sabe el gobierno tiene múltiples formas de control de las organizaciones populares. Las más conocidas han sido la persecución de dirigentes que no se someten al MAS, la destrucción de sus organizaciones, el paralelismo y la utilización de esquiroles al interior de esta organizaciones. Los casos más notorios han sido la Conamaq y la CIDOB, sin embargo en una gran cantidad de sindicatos obreros, campesinos y gremiales, el gobierno los ha divido y a través del mecanismo de reconocimiento estatal, es decir, el aval del ministerio correspondiente, hace funcionar a las dirigencias que le son afines y rechaza y combate a aquellas que no se someten.

Sin embargo aún con esto el gobierno no tiene capacidad de controlar a todo el movimiento popular, por ello una forma de ejercer mayor control corporativo es el decreto ley lanzado el primero de mayo donde las personerías jurídicas de las organizaciones sindicales serán definidas en última instancia por el propio Evo Morales, es decir, el caudillo dirá a quién autoriza y a quién no el funcionamiento como organización sindical, esto es corporativismo fascistoide al nivel extremo.

Si bien por un lado el mecanismo burocrático ejerce presión sobre los dirigentes clasistas y los disidentes del gobierno, también el gobierno usa la persecución judicial como lo ocurrido con los dirigentes cocaleros en Shinahota (Chapare) que fueron privados de libertad por varios meses simplemente por exigir que se respete la decisión de sus bases de llevar un candidato distinto al preferido por Evo Morales.

Por otro lado, los dirigentes adictos al gobierno mantienen una relación prebendal, de lealtad política en base a intercambios de favores y jamás por una relación política. Hasta donde se sabe son diversos los mecanismos que el gobierno en general usa para comprar la lealtad de estos dirigentes oportunistas.

Edgar Patana, otro intocable del gobierno, aquí en un video está recibiendo un paquete de un ex acalde de El Alto, Fanor Nava, tanto Patana como Nava han dicho que "no se acuerdan" que contenía el paquete
Edgar Patana, otro intocable del gobierno, aquí en un video está recibiendo un paquete de un ex acalde de El Alto, Fanor Nava, tanto Patana como Nava han dicho que «no se acuerdan» que contenía el paquete

 

Es importante señalar que toda esta dirigencia ya perdió contacto con sus bases, estamos hablando de dirigentes regionales, departamentales y nacionales que normalmente participan de eventos nacionales, viajes dentro y fuera del país, con todo pagado por supuesto y con una serie de preferencias que incluyen muchas veces ítems fantasmas. Muchos de estos dirigentes provienen del periodo neoliberal, por ejemplo los dirigentes mineros cooperativistas no dudaban en hacer alianzas con cuanto gobierno reaccionario estrenaba gestión, cuando entró el MAS por supuesto que también se alinearon porque el MAS lo que busca es esta clase de alianzas. Algo similar provino de dirigentes campesinos, obreros e indígenas, gente que pasaba por Condepa, por el MIR o por el oportunista electorero Partido Comunista revisionista, dirigentes que tenían como principio cuánto iban a recibir para ver si daban o no el apoyo al partido de gobierno. Es un sector dirigencial que siempre ha engordado con los beneficios que han tenido de algunos sectores de poder pero que fundamentalmente se acostumbraron a la financiación de las ONGs, un sector que Evo Morales conocía muy bien porque muchos de sus ministros provienen de ese sector y saben cómo comprar dirigentes para el viejo orden.

Se trata de un sector dirigencial que hace décadas perdió todo instinto de clase, todo perfil revolucionario si es que en algún momento lo tuvo, es un sector que se formó en la política reaccionaria de las ONGs de “dejar la protesta para ser propositivos”, es decir, fueron comprometidos con el viejo orden y prácticamente fueron prohibidos de pensar más allá de la vieja sociedad, son producto de los innumerables talleres sobre las “virtudes” de la democracia burguesa, de la “cultura de paz”, del “diálogo”, todas esas supercherías que alimentaron los gobiernos anteriores junto con las ONGs para combatir la visión revolucionaria, para castrar las lucha del movimiento popular por sus derechos, estos dirigentes fueron formados con un profundo rechazo al marxismo, a una política clasista, esa costra se volvió adicta a los viáticos que se daban en cualquier acontecimiento, hizo carrera dirigencial para vivir de ella, ese sector parasitario se vio en la gloria cuando el MAS tomó las riendas del Estado porque ahí vio la posibilidad de compartir mayores espacios de poder y beneficiarse a mayor nivel.

Dentro del movimiento popular se conoce que los que se proyectan como dirigentes del MAS dentro de las organizaciones sociales están relacionados con las altas dirigencias, por ejemplo en una elección de juntas vecinales estos buscan aplacar las disidencias e imponerse por la fuerza, cuando ganan una elección automáticamente aparecen las cajas de cervezas enviadas por la alcaldía. Este no es un mecanismo menor. Durante la gestión de Abel Mamani como ministro de aguas en el primer gobierno de Evo Morales, sus funcionarios sabían que este señor como ministro no ataba ni desataba, sin embargo, el gobierno lo mantenía por la relación que éste desarrollaba con los dirigentes de El Alto, ¿Cómo se daba esta relación? Abel Mamani era padrino de una serie de acontecimientos organizados por estos dirigentes y donde generalmente el gobierno acudía llevando cerveza. Pero Mamani no ha sido el único funcionario que opera con este tipo de mecanismo, por ejemplo el ex senador Eugenio Rojas también ha sido el encargado de mantener las lealtades dirigenciales en base a prestes (fiestas en honor a diversos santos locales) donde el gobierno aportaba con regalos y cerveza.

Las alcaldías del MAS generalmente son las que envían dinero como viáticos para cuanto evento desarrolle tal o cual dirigencia, no nos referimos solamente a las cuestiones logísticas de algún congreso o encuentro de dirigentes, sino también a las borracheras que se generan producto de estos encuentros. A veces estos bacanales tienen la participación de desnudistas como lo acontecido en la ciudad de El Alto que el pueblo tuvo conocimiento gracias a la difusión de una fotografía en la que se encontraban dirigentes del MAS como Remigio Condori de la Central Obrera Regional y otros dirigentes y funcionarios del MAS, entre ellos militares que ocupaban cargos en el Estado.

Este “relacionamiento” del gobierno con los dirigentes no es exclusivo del campo popular. Muchos “dirigentes” salidos de organizaciones que protestan contra Morales pero que se venden ante un ofrecimiento de un cargo político, llegan a ocupar cargos de senador, diputado, concejal o asambleísta y confiesan con todo desparpajo, cuando son encarados por traicionar su lucha, que no están interesados en principios sino en cuánto van a sacar del gobierno, porque tienen que aprovechar su oportunidad.

El gobierno no se incomoda con esta clase se oportunismo porque lo que busca son militantes que puedan ser manejados satisfaciendo algunos intereses personales, el reclutamiento de militantes, como se ha visto durante estos procesos electorales, no contempla personas consecuentes con principios, eso explica por qué el gobierno acepta en sus filas gente que proviene de partidos reaccionarios, el señor Carlos Romero parece experto en reclutar militantes de los viejos partidos reaccionarios y recibirlos con los brazos abiertos, eso también ocurre con dirigentes o figuras que provienen del movimiento popular, lo que menos quiere el gobierno son personas interesadas en defender principios, el único principio válido acá es la defensa de Evo Morales y su entorno, es decir, defender la vigencia del caudillo y su permanencia en el poder porque eso les garantiza seguir medrando de las cuotas que reparte el gobierno a sus acólitos mientras que los intereses del pueblo son lo último que entra en discusión.

Braulio Rocha, dirigente del MAS, ha sido denunciado por prácticas lumpenezcas contra otros dirigentes
Braulio Rocha, dirigente del MAS, ha sido denunciado por prácticas lumpenezcas contra otros dirigentes

Este reclutamiento no es solo obra de un sector del gobierno, como el del señor Romero; por ejemplo los candidatos del “sector campesino” se definen en la Cancillería. El aparente vacunado de oportunismo y de la política envilecida, el Canciller David Choquehuanca, suele ser quien define los contactos con dirigentes campesinos y dirigentes alteños. En las últimas elecciones generales dirigentes cantonales y provinciales de las 20 provincias de La Paz definieron en la Cancillería los candidatos a diputados titulares y suplentes, no sin haber peleas de por medio y ofrecimientos en la administración pública para los que desistan de sus candidaturas. Con este sector también salió la actual senadora del MAS, Mónica Eva Copa, eterna dirigente estudiantil de la carrera de Trabajo Social de la UPEA, una conocida oportunista y maniobrera, que ha tenido la capacidad de manejar su carrera, tanto a estudiantes como docentes a través del chantaje y la amenaza combinada con ofrecimientos de prebendas que negociaba con las autoridades (diferentes pegas o becas que ofrece la Universidad), estas habilidades han llevado a Copa a convencer al Canciller para su postulación a senadora que contó en la UPEA con el apoyo del sector más reaccionario, oportunista y corrupto, mientras era combatida por la corriente clasista y revolucionaria. Copa, a pesar de ya ser senadora no ha dejado la función de dirigente estudiantil.

El movimiento clasista en la UPEA rechaza la injerencia de MAS
El movimiento clasista en la UPEA rechaza la injerencia de MAS

En esta línea, el poder que acumuló Felipa Huanca fue precisamente por tener la única habilidad de combatir implacablemente cualquier disidencia al interior de su organización, dentro de los sectores populares era conocida como parte de la tropa de choque del MAS, ello le dio la confianza de Evo Morales para ser invitada a cuanto encuentro realizaba el gobierno y finalmente a ser candidata para la gobernación de La Paz. No es difícil entender por qué, una persona con esas credenciales, no haya sido apoyada por la población.

La política corporativa del gobierno y los sectores sociales es amplia, así como también lo son las denuncias de corrupción que pesan sobre éstos, la “renovación” de dirigentes de la cual habla el gobierno no es ningún objetivo, por ejemplo durante la candidatura de Edgar Patana a la reelección por la Alcaldía de El Alto, Braulio Rocha envió a su “candidata” como si se tratase de “renovación”, la señora Juana Cabrera que detenta nada menos que la dirección de la Asamblea de Derechos Humanos de El Alto. Es una dirigente acusada de ser prepotente con las comerciantes que trabajan en las calles de El Alto, además de cuota de Rocha, podríamos decir que la señora Cabrera era el reemplazo de un concejal de la gestión Patana que era nada menos que el vicepresidente de DDHH en El Alto, es decir, el segundo de Cabrera, este individuo ahora está acusado de chantajear y cobrar coimas a las trabajadoras sexuales de El Alto. La corrupción de estos dirigentes en la administración masista es enorme.

El gobierno oculta esta característica central que define a esta aristocracia sindical con mucha demagogia, los llama “soldados de la revolución”, “soldados del proceso de cambio”, Choquehuanca se refiere a ellos como “guerreros del arco iris”, recientemente el periodista del MAS y ex radical trotskista, Jimmy Iturri Salmón, haciendo un balance de los sectores que apoyan al gobierno ha dicho que el MAS reunió a lo “mejor de la izquierda del país”. La defensa que hacen estos personajes de esta estructura degenerada revela que el gobierno se siente satisfecho con este sector y no puede ser de otro modo porque la costra dirigencial actúa como apagafuegos en el movimiento popular, actúa de “manera preventiva” cuando hay conflictos o potenciales conflictos con el gobierno.

Si un sector pretende hacer algún tipo de protesta contra el gobierno, el dirigente del MAS inmediatamente aparece para lanzar falsas promesas a las bases con el único objetivo de no “hacer problemas al gobierno”, esto ocurre en todo el país, en particular donde tienen fuerza estos dirigentes, hay demasiados ejemplos de esto en La Paz, El Alto y el Chapare, donde, aunque no parezca, aparecen reclamos contra el gobierno, incluso bloqueos de ciertos sectores, en el Chapare por ejemplo la dirigencia cocalera y otros sectores acuden rápidamente para “concientizar” a los dirigentes rebeldes de no “perjudicar” la gestión del “hermano Evo” y más bien ir a dialogar con el gobierno. Lo que finalmente sucede es que la demanda jamás es atendida pero el conflicto es apagado y eso es lo que al gobierno le importa.

En otros casos el sindicato actúa abiertamente contra sus bases para favorecer al gobierno. El caso de la empresa nacional Enatex es muy ilustrativo. La administración del gobierno ha llevado a la crisis a esta empresa y la solución que ha dado el gobierno no ha sido otra que las mismas medidas que aplicaron los “neoliberales”, despedir a los trabajadores. Cuando la ministra del ramo tomó esta decisión declaró a los medios de prensa “hemos tomado una decisión heroica”, semejante declaración no mereció la respuesta de nadie por supuesto y menos del sindicato. Si vamos a ser héroes por aplicar ajustes reaccionarios para “salvar la empresa” entonces habrá que dar el Cóndor de los Andes a Gonzalo Sánchez de Lozada que echó a la calle a una enorme cantidad de trabajadores, en particular mineros.

Contrariamente a defender a sus afiliados, el sindicato masista de Enatex no hizo nada y justificó ante los trabajadores las “necesidades” de la empresa, de manera hipócrita este sindicato fue a decir en su instancia superior que había hecho “todo para defender a sus afiliados”, estos dirigentes domesticados por el gobierno, que eran muy eficientes a la hora de acarrear a los trabajadores a todos los actos públicos de Evo bajo sanción de multa económica, no contaban con que los trabajadores despedidos se encontraban en esa reunión y fueron desenmascarados, sin embargo, las federaciones departamentales y confederaciones también están vendidas al gobierno así que más allá del desencanto de las bases al ver la hipocresía de sus representantes no pasó a mayores y el mentado sindicato sigue cumpliendo con defender al gobierno e identificar a los trabajadores que se atreven a protestar para colocarlos en la lista de despidos que sigue en marcha.

Esta dirigencia de los “movimientos sociales” que tiene cierto origen en el periodo neoliberal es hechura del “proceso de cambio”, es decir, el producto del corporativismo fascista del régimen de Evo Morales, funciona como mecanismo represor y contenedor de las aspiraciones del pueblo boliviano, son el esquirol implantado dentro del movimiento popular que persigue, coarta, sanciona y controla todo intento de disidencia a través de mecanismos corporativos que se articulan desde el gobierno, por ejemplo la decisión de quitarle tierras a los cocaleros que postularon por un partido distinto al MAS en el Chapare fue una orden expresa de Evo planteada en un congreso cocalero con el fin de castigar a los “traidores”, esta dirigencia es el engranaje del control y el lugar donde se planifica esto es el viceministerio de relacionamiento con los movimientos sociales, ahí se delinea la política a seguir contra los sindicatos que no se someten al gobierno, ahí se definen qué dirigentes son de confianza y quiénes los sospechosos, sin embargo esta línea, más o menos dura también se proyecta en otras dependencias del Estado, los jerarcas y sus fieles funcionarios, incluso en reuniones de evaluación interna, son los que definen qué son críticas a las políticas de gobierno y qué son cuestionamientos que provienen de la “derecha”, es decir, que las críticas subidas de tono son en realidad de “derechistas infiltrados” lo que por supuesto genera intimidación en quienes de manera más o menos honesta tratan de poner de relieve los problemas que tiene el gobierno al interior.

Lo que hace el gobierno con este sindicalismo paraestatal es administrar los apetitos de poder en función de usarlos para la gobernabilidad y para alimentar su propaganda de ser el “gobierno de los movimientos sociales”, le sirve para organizar sus reuniones y decir que “ha escuchado al pueblo” o para legitimar las leyes que dicta, muchas en favor de la gran burguesía y los grandes terratenientes del oriente. Esta dirigencia prebendal y corrupta está alejada de los intereses del pueblo boliviano, esta hechura del MAS nada tiene que ver con consecuencia o principios populares, absolutamente en nada se puede comparar con la tradición sindical revolucionaria que caracterizó al movimiento popular boliviano, en particular el movimiento minero y los grandes dirigentes consecuentes que lucharon contra los gobiernos militares y dieron sus vidas en defensa de los intereses populares, porque ellos hacían su práctica política basados en principios revolucionarios, en principios clasistas, en principios de transformación revolucionaria de la sociedad.

La costra sindical paraestatal del MAS está basada en mantener en el poder a Evo Morales, en mantener el proceso de reformas estatales que tienen por objetivo seguir dando vida a la vieja sociedad, defender el viejo Estado, continuar con la política de beneficios al sistema bancario, a la gran burguesía, a los grandes terratenientes y al imperialismo.

El MAS no dirige un proceso revolucionario ni hizo revolución alguna, lo que hizo fue una reestructuración estatal con el fin de profundizar el capitalismo burocrático, ese capitalismo enfermo que se inició después de la Colonia al amparo del imperialismo, ese capitalismo atrasado que mantiene relaciones enfeudadas en su base y que el MAS busca “modernizar” y prolongar para ser entregado nuevamente a los sectores conservadores, cumpliendo un matiz “nacional” que busca posicionarse en un lugarcito mejor dentro del sistema imperialista mundial.

El movimiento popular necesita de un movimiento clasista y revolucionario porque necesita una defensa consecuente de sus intereses y una independencia del poder estatal, esto significa hacer política en defensa de los intereses del pueblo sin el bastón de mando del Estado o del MAS o del cualquier partido reaccionario. Pero el pueblo necesita para esto tener un partido revolucionario, una vanguardia que pueda constituirse en dirección de sus luchas y que busque una transformación radical de la sociedad que vaya más allá de los marcos de este Estado y sociedad aberrante en la cual vivimos.

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