Fracasada negociación y continuación del bloqueo. Foto: La Razón e Infobae
Ante esta situación, de un lado, los sectores movilizados dirigidos por el MAS continúan en sus acciones esperando ejercer presión al gobierno, actualizando su demanda para que renuncie Añez, mientras por otro lado, el gobierno espera un mayor rechazo de la población a los bloqueos, para intervenir estos con la policía y el ejército. En realidad, a ninguna de las facciones les interesa ni la salud, ni la educación, ni la vida de la gente, solo les interesa ganar rédito electoral en estas próximas semanas en un miserable cálculo político.
Por Pedro Jankaquipa
10/08/2020
La lucha de facciones al interior de los grupos de poder en el país llegó al clímax la semana de celebración del 6 de agosto, fecha de la independencia de Bolivia. De un lado se encuentra la facción burocrática que busca retomar el gobierno encabezada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) y por el otro lado la facción compradora actualmente en la administración estatal, que representa a los viejos partidos tradicionales (hoy reunidos en Demócratas). Ambas facciones, de una u otra forma, defienden intereses de la banca, grandes empresarios ganaderos, agroindustriales, y del capital transnacional extractivista. Lo muestran los 14 años de gobierno del MAS y los últimos 9 meses del llamado gobierno transitorio, en las que la banca ganó como nunca antes y las transnacionales del petróleo, la minería y empresarios industriales agro exportadores, obtuvieron millonarias utilidades vía normas legales que facilitaron su crecimiento financiero, leyes que no han sido eliminadas por el actual gobierno de Añez y compañía, con el aval de los 2/3 de la mayoría parlamentaria del MAS que continúa en la Asamblea Legislativa. Sigue leyendo